Sunday, August 31, 2008

Érase una marcha

Mi hermosa esposa, mis bellisimos hijos y yo acabamos de llegar de la marcha contra la inseguridad, capítulo Guadalajara...

¿De qué sirve manifestarnos? Creo que la marcha, aunque fue silenciosa, dijo muchas cosas. Me sorprendió lo apolítico de la marcha, ningún discurso, ningún orador. Ningún camión con acarreados.

Vi a personas de todos los estratos sociales. Indígenas, obreros, campesinos, estudiantes, profesionistas, amas de casa. Para que luego no digan que fue "una marcha de gente 'bien'" (¿al decir eso implicarán que hay "gente mal"?)

¿Qué pedimos? nada fuera de lo común, nada complicado: Vivir seguros. Dos palabras tan fáciles que resultan muy difíciles en nuestro querido país. Porque jamás, en 70 años de dictadura y en 8 de democracia, hemos tenido el 'andamiaje político' para vivir seguros. De hecho no sabemos lo que es vivir seguros.

Alcanzar nuestra seguridad lo veo tan fácil que resulta casi imposible;

En mi opinión la política es un club desconectado de la vida diaria de los ciudadanos. La política se maneja como un club de Tobi en el que se pelean, se contentan, se abrazan, hablan, dicen que hacen, hacen que dicen y hacen como que ven. Se limitan a tocar la puerta a la ciudadanía cada 3 años o 6 años para jugar a las sillitas. El "huesito" y "salir peinados en la foto" son prioridad. Ser lambiscón con el de arriba, usar al de abajo. Pero la política es un club allá arriba, desconectado de la vida real. Allá no hay inflación ni desaceleración económica ni cambio climático ni urgencia alguna. México es un cuadro estático que sirve como escenografía para seguir jugando a las sillitas.

Los ciudadanos, por acá a nivel de cancha, nos limitamos a votar 'por costumbre'. No exigimos cuentas, a veces nos frustramos pero vemos por nuestro cachito. Si tengo un amigo que tiene un amigo y consigo un pedacito de presupuesto, o una placita chiquita en una institucioncita de gobierno soy feliz. Si consigo un permisito chiquito para explotar un cachito de terreno aunque sea ilegal, "ya la hice". Y así estamos egoistamente centrados en vivir el día y vivir al día. Que no me den, que me pongan donde hay, (y que me quiten lo menos posible)... yo, yo y yo...

Esta desconexión, casi esquizofrénica de nuestro país es insustentable. Entre esas dos capas que no se hablan, que no se comunican y que no se relacionan se cultiva la impunidad, como hongo que crece en la oscuridad de las grietas, que es lo que hay entre estos dos Méxicos.

¿Qué hacer? podríamos comenzar con un par de cosas. Tan sencillas que parecen imposibles:

1. Hacer los cambios necesarios para permitir la reelección de diputados, senadores y presidentes municipales... ¿en qué cambia esto las cosas? ¡Fácil! En que los diputados, senadores y presidentes municipales ahora tendrían que tender puentes diarios a la sociedad. Si no sirven a la sociedad se van de su puesto. Si sirven se quedan.

En el statu quo actual, los mismos actores sólo ven hacia su mismo club de políticos, para ver 'dónde van a caer' en la siguiente elección. Sin embargo, al permitir reelección, ya no tendrían opción, los políticos no obedecerían a las cúpulas de sus partidos, sino a los ciudadanos que serían los responsables de que sigan en sus puestos (de acuerdo a resultados) o que se vayan.

2. Policía nacional. Una sola policía, no más 'policía ministerial' o 'policía municipal de San Pedro de las Tunas . Dicha policía no respondería a intereses locales (defender los cotos de poder de los caciquillos locales) sino que respondería a la nación y se podría movilizar más fácilmente a donde se necesitara más refuerzo policial. La policía nacional se podría hacer cargo de cualquier delito que ocurra en cualquier lugar, sin importar la 'jurisdicción' o el 'yo.me.toquismo' (a mí no me toca) que sucede actualmente, como en los delitos de narcotráfico (uy, es delito federal, yo no le entro) o secuestro (es delito local, yo no le entro).

Dos cambios que son prioritarios, y no son nada difíciles de implementar. Estoy asumiendo, al no mencionar nada, que la reforma al sistema judicial, que contempla los juicios orales y algunas otras maravillas, ya fue aprobada en la primavera pasada y ya está en proceso de implementación.

Bueno, en eso pensaba mientras marchaba en el silencio de la marcha de hoy. El silencio que hablaba hasta por los poros.