Friday, August 07, 2009

Erase un modelo económico

Le doy la razón a Granados Chapa, Aristegui, Rocha, Andrés López et al. Necesitamos un cambio en el sistema económico.

Es un hecho. Tenemos un modelo económico que no ha logrado sacar de la pobreza al 42% de la población en México. Tenemos un sistema económico que privilegia a los monopolios y que hace que poca gente se haga muy rica. Y que a nivel país nos hace crecer a un promedio del 2% anual, cuando necesitamos hacerlo a un 7 u 8%.

El modelo económico que tenemos actualmente ya no da para más. Hasta aquí las coincidencias con los pintorescos personajes nombrados al principio de esta columna.

Llamarle a nuestro modelo económico actual “neo-liberalismo” y haber logrado que dicha palabra suene como un adjetivo y tenga connotaciones despectivas es una aberrante logro de los arriba mencionados, porque el modelo en el que México opera hoy, no tuvo su origen hace 30 años, ni tampoco es una receta de cocina generada en Washington. Según este mismo argumento falaz de “la izquierda” esta receta ha resultado amarga al paladar y peor para el estómago. Éstos análisis pecan en lo simplista y en lo reduccionista y trataré de explicar por qué lo digo.

Nuestro modelo económico es el mismo modelo que funcionó de 1929 al 2000. Es un modelo paternalista en el que el pueblo estira la mano, y espera que el gobierno le dé y decida por él.

Es un modelo basado en la administración de los monopolios, entre los que se encuentan grandes empresas controlan sectores industriales completos. Pemex, el petróleo, la CFE la electricidad, Telmex la telefonía, el ISSTE y el IMSS la salud pública y un largo etcétera; en un modelo así, no hay competencia, elemento básico del “neoliberalismo”, y los permisos de operación se otorgan en base a los amigos que se tengan dentro del grupo de poder, y no en base a capacidades reales y en beneficios a los consumidores en valor agregado, calidad o precio. Los otros grandes monopolios a saber son los sindicatos, los cuales nombran líderes vitalicios que amasan gran poder y fortuna y pueden hacer y deshacer a su suerte el destino de los trabajadores y de las empresas a las que exprimen.

Es un modelo basado en las dádivas y en la falta de respeto a la ley. Si no tengo los contactos adecuados me pueden poner “una multa” y molestar por nimiedades, mientras otras empresas progresan al amparo de los inspectores que son sus amigos o a los que les han dado su dinerito.

Sí, hubo una serie de reformas importantes a principios de los noventa, que nos dejaron con un Tratado de Libre Comercio, el cual podrá o no tener carencias, pero ha sido crítico para que crezcamos como país y reduzcamos la pobreza extrema. Hubo algunas ventas de empresas ineficientes de gobierno hacia la iniciativa privada, llevadas a cabo al más puro estilo del PRI: Ventas hechas en condiciones nada transparentes hacia los cuates y/o influyentes. Sin fomentar la competencia y asegurándoles el monopolio de las industrias. (Como Telmex, o las carreteras). Y las reformas neoliberales pararon allí. Abortaron apenas gestarse. Los sindicatos sin tocar, las industrias cambiaron de manos de burócratas monopólicos a empresarios monopólicos. Algunas industrias ni siquiera se tocaron. ¿A eso le decimos apertura económica y neoliberalismo? A un camino que comenzó, pero que realmente no logró nada?

El modelo económico necesita cambiar. Necesitamos desmantelar el modelo anterior y crear uno basado en el verdadero neoliberalismo: que promueva el respeto a la propiedad privada, la libre competencia, la igualdad de todos ante la ley y la eliminación de absolutamente todos los monopolios; una tercera y cuarta cadena de televisión nacional, telecomunicaciones abiertas a todos los jugadores sin mayores barreras de entrada, apertura del petróleo y la electricidad a inversionistas privados; la eliminación de monopolios sindicales a través de leyes laborales más justas y el rediseño del sistema de salud, que privilegie la salud por encima de mantener el statu quo.

Eso sería el verdadero neoliberalismo, que lograría crecimientos del 7 u 8% anuales del Producto Interno Bruto, lo que callaría a los inconformes de siempre, los cuales no podrían decir que "el modelo neoliberal no sirve". Porque el modelo neoliberal sí funciona: lo vemos en Brasil hoy, lo hemos visto en Chile y en Corea del Sur, en España y en Irlanda. Económicamente lo hemos visto en China. En México no lo hemos visto, necesitamos reformas económicas neoliberales pronto. La riqueza primero se crea, y después se reparte (y no al revés, como algunos clamarían).