Wednesday, December 22, 2010

Érase una contestación a los Alex

Me niego a discutir ideología en Facebook. Facebook es un lugar de esparcimiento y de sosiego, no una cafetería de secundaria donde se vale arrojar de todo. Respeto tu pared y tú respeta la mía. Respeta mis ideas y yo respeto las tuyas. No estoy de acuerdo contigo pero moriría por defender el hecho de que puedas expresar tus ideas libremente.

Una vez hecho este disclosure te daré respuesta, Alex B. y te daré respuesta Alex P.

Alex P. El origen de la inseguridad que vivimos NO ES el ejército. El origen de la inseguridad que vivimos tampoco es el hecho de que finalmente alguien se haya decidido a combatir al crimen organizado.

El origen de la inseguridad que vivimos es la impunidad. La exigua posibilidad del 2 al 5% (dependiendo de la fuente) de que alguien sea juzgado por los delitos que cometió. La posibilidad del 95% al 98% de que el que cometa un delito no sea castigado; y lo arraigado que está la impunidad dentro de la cultura mexicana. Desde bajar música ilegalmente, darle mordida al tránsito que los para en las calles, hasta sobornar jueces y comprar conciencias. La justicia necesita ser reformada de pé a pá. Ha habido reformas aprobadas en la materia (2007), y yo no soy un experto ni en seguridad pública ni en justicia, pero falta un montón por hacer para que en México la ley se respete.

Sí, creo que antes de emprender una batalla contra el crimen organizado como la que emprendió Calderón, se tuvo tal vez que haber reformado tanto a las policías como al sistema de justicia. No sabemos, sin embargo, la magnitud de lo infiltrado del crimen organizado en la política ni por qué decidió Calderón actuar contra el crimen organizado primero y reformar y pedir ayuda a los gringos después. Pero el hecho es que las batallas por tener un mejor sistema de justicia y una mejor policía, y la batalla contra el crimen organizado eventualmente se tenían que dar.

Y las revelaciones no nos dejan de sorprender: Narco diputados del partido-que-todo-critica, el Greg en QR apoyado por el peje, el Nico y sus nexos con el crimen organizado, la puesta en libertad de innombrables y el escape de otros innombrables. La procuración y administración de la justicia están podridas por dentro y dicho sistema necesita urgentemente una reconstrucción de fondo. Policía y Procuradores Generales que no saben, o no pueden, o no quieren, integrar buenos expedientes para que los crímenes no queden impunes. A todos les toca su embarradita.

Y da mucho coraje ver a los diputados y senadores actuar con una lentitud y dejadez que parece que estuvieran coludidos con los intereses criminales que no quieren que México cambie en la administración de la justicia y en la implantación de un verdadero estado de derecho. No se trata de banderas partidarias, sino de sentido común, el cual no parece en estos tiempos tan común.

La manera de arreglar el problema de seguridad es eliminando la impunidad y haciendo que la policía sea profesional. Que los ministerios públicos se dediquen a investigar y a aportar pruebas. No saben (están pobremente capacitados y educados), no pueden (no tienen ni el equipo ni los mandos para ordenar que la policía que investiga trabaje 8 horas diarias, de hecho ve a ver qué hace un policía en todo un día laboral y verás que pierde su tiempo irremediablemente) y no quieren (la policía, en general, tiene incentivos $$$ para no hacer su trabajo, ya que el que más dinero pone en los casos es el que gana. O luego le salen a la policía con “plata o plomo”. Bonitas decisiones

Alex B.

Las estadísticas son como los bikinis: Muestran lo interesante pero tapan lo importante. Esto aplica en el color, bandera, partido o ideología que tú quieras o no quieras.

Para acabarla, existen índices de “percepción” que no son más que preguntas abiertas a la ciudadanía acerca de “cómo se siente”.

Así, Rocha saca sus datos duros, Castañeda saca los suyos. Pueden o no tener los datos correctos. Pueden o no hacer su caso basados en datos. Sin embargo, analizando la columna de Rocha, esta solo se dedica a literalmente vomitar datos. Sacados de una ponencia de un estudio que no ha sido publicado al día Viernes 17. Fueron datos de una conferencia de un doctor con dos maestros. Sin cuestionar más, allí quedaron esos datos.

En el ensayo de Castañeda abundan las fuentes de información. Sus datos son vertidos para situar a México en un contexto actual y proponer medidas para potenciarlo a futuro.

Criticando el ensayo de Castañeda y Camín, creo que se quedaron cortos tanto en lo importante que es la educación como en lo complicado que resultaría elevar la calidad de la misma sin cambiar radicalmente la manera en la que el sindicato tiene amarrada con grilletes a la educación.

Las reformas que no hemos hecho están haciendo que perdamos la competencia global, especialmente contra Brasil, China, Rusia y Sudáfrica. No podemos seguir con esta inercia. Necesitamos un cambio y tal vez el panorama “clasemediero” de Castañeda y Camín peca de optimismo al respecto.

¿Oligopolios? Se alimentan de los tres partidos. Cuando el PRD defiende a ultranza a los sindicatos, y por otro lado no permite que haya competencia en PEMEX. Cuando el PAN de Calderón se ve tibio para no concesionar otras dos o tres cadenas televisivas que puedan competir con éxito. Cuando se hace bolas con el espectro de telecomunicaciones. Cuando los tres partidos principales no están de acuerdo en una reforma que le quite poder a los partidos políticos y que abran la participación a candidaturas ciudadanas. Cuando el PRI se va de la mano de Televisa para impulsar a un candidato de cartón que no sabe hablar y carece de ideas propias. Cuando no quieren los de PRI y los del PRD abrir PEMEX y CFE a la competencia, porque esto significa que los líderes sindicales ya no vivirán como jeques árabes. Cuando los partidos políticos otorgan recursos billonarios a los estados y estos no responden por aquellos, sino que los usan para corromper, para comprar, para darle circo al pueblo. Cuando los ciudadanos nos vamos hacia un partido o hacia otro en vez de reconocer que el cambio depende de nosotros y de lo que les exijamos a las autoridades. Que ya basta, que a nivel local deberíamos de pedir cuentas por igual a Emilio, a Padilla, a Aristóteles y al congreso de las iPads y de los bonos.

Pero por otra parte, Alex, es importante reconocer, sin ideologías, que en los últimos quince años ha habido avances importantes en todos los frentes. Que no necesitamos agitadores revolucionarios para un cambio, sino que necesitamos construir sobre lo que ya tenemos y en base a ello lograr potenciar a este gran país. Porque la última vez que se le ocurrió a alguien desestabilizar al país por sus propios intereses (Huerta) provocó un millón de muertos y un montón de retroceso. Que el país sería otro si la transición Díaz-Madero hubiera seguido su curso pacífico.

En fin, esa es mi pragmática forma de pensar. Soy liberal, creo en el mercado y creo en la libre competencia como medios para generar y repartir riqueza. Creo en el gobierno como corrector de los fallos de mercado, como el garante de la seguridad, infraestructura, educación y salud.

Monday, May 17, 2010

Érase un país deshecho.

Tengo mucho sin escribir. Es que parece que no hay de qué escribir. O para qué escribir. Por principio, no suelo escribir acerca de la violencia. No sé mucho de temas de seguridad pública, además de que para hablar de ello hay que hilar demasiado fino. Prefiero hablar de economía o de política, temas respecto a los cuales puedo hilar suficientemente fino. O de fútbol, del que no se mucho, pero, siendo el fútbol la cosa más importante de las menos importantes, creo que vale hablar de él de vez en vez.

Y de repente pasan cosas que desbalancean la delicada situación de impasse en la que nos desenvolvemos todos los días. Una desaparición forzada, unas reacciones, unos sentimientos. Y estos sentimientos que me impulsan a pronunciarme al respecto, aunque tenga que ver con seguridad pública, que expliqué que no me gusta tocar.

Ya es de todos sabido que el Viernes en la noche desapareció el Jefe Diego. Podía uno estar o no de acuerdo con sus ideas, pero es un hombre de poder en México. Influye en la manera de pensar y de actuar de muchos. Es exitoso en lo que hace. Y es un referente del poder en México en al menos los últimos 15 años.

Las reacciones no se hicieron esperar. La reacción de la policía y de los cuerpos de seguridad francamente deficiente. Veo las fotos del periódico de policías rondando el rancho de Diego Fernández. Los mismos policías que pasan por el periférico: panza, camioneta, rifle y moscas incluidas. Con la mirada perdida al infinito y la más completa ineptitud que les brota hasta por los poros. Compárese la reacción de la policía de Nueva York en el intento de bomba de hace dos semanas. Diferencia abismal. Ni análisis de ADN de la sangre de la camioneta, ni análisis de las huellas de autos que hubiese junto a la camioneta, ni videos de cajeros automáticos en el pueblo más cercano.

La reacción de la prensa. Tibia, pusilánime, sin cuestionar la actuación de la policía. Un poco miedosa respecto a reacciones del crimen organizado. Algunos otros, en especial de la prensa escrita reaccionan mezquinamente, inventan teorías y especulan con argumentos más bien débiles.

La reacción de muchos mexicanos. Impulsiva, pobre, chiquita. Como la mente de muchos. Pensando en que “es un rico menos”, “para que vea lo que se siente” y joyas de esas, que exhiben 500 años de depender de papá gobierno, sea Virrey, Dictador o PRI.

Destaca entre los pedazos de comentario aquellos que dicen que “solo porque lo secuestraron a él merece atención”. Es impresionante ver cómo a tanta gentuza le da gusto que a una persona le pasen cosas malas. A mí me habla de una ignorancia inmensa y de una descomposición total del país.

La desaparición de Fernández nos debe de importar a todos porque, si a él lo pueden esfumar, eso significa que a cualquiera de nosotros, a la persona que sea, pueden hacernos lo que sea. Y eso es un reto para el Estado. El Estado no es el gobierno, el Estado somos todos.

Estoy preocupado. Las reacciones incluso de personas de la prensa, pero además de la gente en la calle son de “qué bueno”, de “se lo merecía”. Reacciones de gente bárbara, reacciones que deberían de preocupar a los políticos, que habrían de pensar en que estas reacciones son la consecuencia de un pobre sistema educativo, de un pobre sistema de valores y de un pobre ejemplo.


Espero que este momento que atravesamos haga reaccionar a la clase política. Que piensen que las reacciones salvajes de la gente se deben a la falta de valores. A la falta de esperanza. A la falta de educación, a la mente tan corta con la que han sido educados. A la educación socialistoide que hasta la fecha se imparte en la escuela. A los impávidos monopolios educativos, sindicales, políticos y económicos que logran quitar las ganas a los más aguerridos.

Por el bien de nuestro querido país espero que no hayamos pasado un punto de descomposición del que no se pueda regresar. El caldo no está para albóndigas.

Sunday, January 24, 2010

Érase un camión que cayó del cielo

Las tragedias suceden. Pero los desastres son causados por los humanos.

Es un acto de la naturaleza el que haya temblores, o que haya huracanes categoría 5, o tsunamis.


Pero de los humanos depende que estos eventos causen desolación o que solo causen una pequeña disrupción de las actividades para después reanudarse.

Así, un sismo de 7 grados en California causó menos de 100 muertos, y daños económicos que las compañías de seguros se encargaron de indemnizar. Se aprovechó el terremoto de Loma Prieta de 1989 para no volver a construir secciones de freeway que no iban con la imagen urbana deseada en San Francisco, y se aprendieron cosas para el siguiente temblor.

En Haití, sin embargo, un sismo de 7 grados causa decenas de miles de muertos, muchísimos afectados (se cuentan por millones) y un caos total. Nos podemos ir apenas al 2005 en Nueva Orleáns, donde la falta de previsión también generó caos, muerte y desolación. O a China en 2008, con un temblor que dejó 80,000 muertos. O el ciclón de Burma.

¿Qué podemos hacer? Las cosas cada vez van a estar peor, con esto del cambio climático y concentración poblacional en las ciudades, especialmente de los países pobres. Necesitamos planear, necesitamos erradicar la negligencia, erradicar la ignorancia, la corrupción y darnos cuenta de que los desastres pueden ser causados por algún acto de la naturaleza, pero la desolación y los miles de muertos se deben a la falta de previsión de los humanos.

Negligencia. Y el martes pasado, un camión de basura que cayó del cielo hizo el punto. Está prohibido que camiones de carga pesada circulen por el “jegundo pijo” del periférico del Distrito Federal. Sin embargo, los policías, más atentos por ver si alguien tiene placas de fuera para morderlo, o si tienen bien puesta la calcomanía de verificación, dejan hacer y dejan ser a los irresponsables conductores de camiones.

Negligencia de los choferes. Falta de aplicación de la ley. Falta de responsabilidad de la gente que conduce cualquier tipo de vehículo con motor. Falta de educación vial y cívica. Gente a la cual le han dicho que tiene “derechos” de segunda o tercera generación. Que su pariente gay ya se puede casar en la misma ciudad en la que también tiene derecho, solo por ser viejo, de ir a cobrar una pensión ridícula y populista. En el mismo país en el que ya tiene derecho a decir lo que se le de su gana.

En el mismo país en el que nadie le ha enseñado a ser responsable. A cumplir con las normas básicas de civilidad. No hay ley o reglamento que valga si este no es respetado por ciudadanos educados para ser responsables. Educados para tomar decisiones difíciles en el momento pero que beneficien a la comunidad en el futuro. Tomar la lateral del periférico aunque su basura llegue tarde a su destino, y no causar tanto dolor a las 5 familias afectadas. Pagar impuestos para tener mejores vialidades. Saber que pagar impuestos es responsable. No como los populistas, disfrazados de “izquierda” alegan: ¡No más impuestos! Claro que pagar impuestos no es grato, pero es responsable. Y asegurarnos que todos paguen impuestos es más responsable aún.

Solo siendo responsables se pueden ejercer a cabalidad los derechos. Ya estamos harrrrtos de la gente que cree que merece todo solo por ser y que no cree que necesite aportar nada para el beneficio de la comunidad. Izquierdosos que creen en el derecho individual. Y no creen en la colectividad. Surreal.

Así, en el tercer mundo lleno de derechos y falto de responsabilidades, lleno de negligencia y falto de respeto básico a la ley, seguirán sucediéndose desgracias. Como la de los cien mil muertos en Haití, o los cinco en el periférico del Distrito Federal.

Érase una poesía

Esa poesia se llama If y es de Rudyard Kipling, me encantó.

If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you;
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too:
If you can wait and not be tired by waiting,
Or, being lied about, don’t deal in lies,
Or being hated don’t give way to hating,
And yet don’t look too good, nor talk too wise;

If you can dream- and not make dreams your master;
If you can think- and not make thoughts your aim,
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two impostors just the same:
If you can bear to hear the truth you’ve spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to, broken,
And stoop and build’em up with worn-out tools

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings,
And never breathe a word about your loss:
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: “Hold on!”

If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with Kings- nor lose the common touch,
If neither foes nor loving friends can hurt you,
If all men count with you, but none too much:
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds’ worth of distance run,
Yours is the Earth and everything that’s in it,
And –which is more – you’ll be a Man, my son!