Wednesday, November 05, 2008

Érase un país generoso... y uno mezquino

Hace 4 años fui a Nueva York, y en el aeropuerto compré la Newsweek de la última semana de Agosto de 2004.

En ella había un reportaje de un senador desconocido de Illinois, el cual había dado un discurso en la convención demócrata para nominar a John Kerry como candidato a presidente por el partido demócrata. El candidato perdió, el discurso del joven senador de Illinois, en el que hablaba de unidad, de cambio, de visión a futuro persistió.

Hoy ese candidato que hace 4 años me llamó la atención, es el presidente electo de Estados Unidos. El candidato más improbable, un nombre raro, un afroamericano, un hijo de mamá blanca y papá inmigrante. Pero con una gran visión de país, con una visión de unidad y una visión de cambio. Con una estrategia y un plan perfectamente ejecutado.

Su rival, un republicano, salió en la pantalla chica antes que él para reconocer el triunfo. Con grandeza y sin mezquindades. Lo apoyó y unió al país.

Acá, al mismo tiempo, estaba sucediendo un accidente. El segundo de a bordo del poder ejecutivo federal de nuestro país, murió en un accidente aéreo en pleno corazón de la capital de México.

Y pensé en la mezquindad de aquellos que lo criticaron. No por sus ideas o por su manera de hacer las cosas, sino solamente por su "dudoso origen". Pensé en la mezquindad de los que no reconocen a nuestro gobierno (que ganó en las urnas) y en la mezquindad de los que niegan a nuestro gobierno reconocimiento por su esfuerzo contra el crimen organizado.

Y seguí pensando en lo grandioso que puede ser un país generoso, un país que no niega oportunidades y que tiene a su primer afro-americano como presidente electo, no discriminándolo ni por su color, ni por ser hijo de extranjero. Reconociendo sus virtudes intelectuales y reconociendo su capacidad de negociar y de llegar a acuerdos.

Y en lo mezquino que puede ser otro país que no puede ver el éxito ni puede reconocer el talento. En el que ser mexicano hijo de padre extranjero es motivo de ataque y de linchamiento en la "plaza pública" (zócalo y la de Granados Chapa). Un país mezquino en el que no importan las virtudes inherentes en la persona, no importa la capacidad de negociar, la capacidad de llegar a acuerdos, de lograr que las cosas sucedan, que importa más "la formita pendeja" que el fondo de los asuntos. Un país en el que no importa ser el mejor de la clase, el más preparado, el de las mejores ideas, sino el más grillo, el que puede mover a más gente a plantarse en Reforma y a impedir el progreso.

Una diferencia abismal. Como abismal es la diferencia de PIB per cápita. Como abismal es la diferencia en la generación de riqueza y de oportunidades.

Y pues tal cual. Un 4 de Noviembre de contrastes. La luz en una tez oscura. La oscuridad en un país que podría ser brillante como el sol.