Friday, July 31, 2009

Érase un 6 de Julio... y los meses después.

Un mes después de las elecciones. ¿Dónde ha quedado el movimiento alrededor de la idea del “voto en blanco”?

Muchos llegamos al 5 de Julio con un voto informado y a la vez, respeté (aunque no compartí su opinión) a los que pensaron que anular el voto es una alternativa. Entiendo que piensen que los partidos no sirven (en sus dos acepciones, dar un servicio o servir), pero externé mi opinion de que, al anular el voto, lo que se lograría sería fortalecer más a la partidocracia, en sentido totalmente opuesto de la idea de los que promovieron anular el voto.

No importa cómo votaramos, al final pasó el 6 de Julio, y un mes después de las elecciones los diputados electos ya empiezan a ser ratificados. Toda esta discusión acerca del voto nulo es historia. Vieja y obsoleta historia. Y, como la influenza de 2009, o como los plantones en Reforma de 2006, o la marcha por la paz del 2008, cayó en el olvido de la memoria colectiva.

500 diputados llegarán a sus curules. ¿Cómo exigir? ¿Qué exigir? No poseo todas las respuestas, pero ahí van algunos esbozos de las mismas:

¿Cómo exigir?
1. Adopta a un congresista. Adopta al diputado de tu distrito. Envíale un correo a la semana con las ideas que consideras que necesitamos poner en frente de ellos. Haz que vaya a tu barrio y que escuche a sus representados.
2. Exijámosle a los medios que le den seguimiento a nuestros diputados. Cuántas veces fueron al congreso, en qué iniciativas votaron a favor, en cuáles en contra, cuándo se abstuvieron, qué opinaron en el congreso y cómo empata todo lo que hicieron con la plataforma con la cual fueron electos.

¿Qué exigir?
Si queremos terminar con la partidocracia tenemos que exigir que al menos aprueben las siguientes reformas políticas:
1. Eliminación de diputados y senadores plurinominales: A partir del 2012 que no haya votos de diputados plurinominales, que queden 300 diputados (uno por distrito) y 64 senadores (dos por estado + D.F.).
2. Reelección de diputados y senadores: A partir del 2012 se puedan reelegir los diputados y senadores distritales. Con esto, los diputados y senadores serían castigados o premiados directamente por sus electores.
3. Que se permitan candidaturas independientes: Cualquier ciudadano interesado en competir por un distrito, o presidencia municipal o gubernatura pueda competir cumpliendo algunos requisitos (y poniendo candados, para que no nos vayan a poner candidatos independientes apoyados por el crimen organizado o alguna organización con fines oscurantistas).
4. Modificar la figura de fuero: Que los diputados y senadores no utilicen su fuero como licencia para cometer cualquier cantidad de delitos, sino que el fuero tome su espíritu original de proteger a los representantes contra el abuso del poder ejecutivo.
5. Eliminar a los diputados y senadores suplentes: Así evitamos que nos pongan una “portada” decorativa y que el que realmente vaya a sentarse en la curul sea el suplente. Si un diputado pide licencia el puesto se queda vacío y se convoca a nueva elección en su distrito.
6. Que los sueldos de los diputados y senadores sólo suban para el periodo próximo posterior. Así, si sentimos que se lo subieron sin merecerlo no los elegimos.

Ideas apartidistas, con consecuencias políticas, entre ellas que devuelvan la representatividad al congreso y la voz al ciudadano. Esbozos de una revolución de terciopelo, con ideas, no con gritos ni a sombrerazos.

Se trata de opinar, se trata de escuchar al otro y de llegar a acuerdos. Porque la pobreza se combate con ideas, con mucho trabajo y encontrando las posiciones que nos unen, no las que nos separan.


Claro, habrá reformas que nos hagan más fuertes económicamente, o más educados, o que garanticen que el estado de derecho se respeta. Pero podríamos comenzar con la reforma política.

Por nuestro querido México.