Sunday, April 03, 2011

Archivo Imaginario - Paz Fernandez Cueto, Reforma

1 Abr. 11

En días pasados, surgió un debate en el campo de las ideas y las percepciones, entre el México pujante que el presidente Felipe Calderón demostró haberse consolidado durante los últimos 10 años de gobierno y el que Humberto Moreira, presidente del PRI, expuso aludiendo a la pérdida real de poder adquisitivo que habríamos sufrido los últimos años en productos de la canasta básica. Lo anterior, en congruencia con la política que su partido se ha fijado rumbo al 2012: negar sistemáticamente logros y resultados demostrables del gobierno, en desprestigio del Presidente y de su partido.

Es de llamar la atención, el contraste entre estos dos Méxicos polarizados que frecuentemente salen a relucir en el escenario político y social. Polarizaciones en ocasiones extremas, que coinciden con la imagen distorsionada que los mexicanos hemos alimentado sobre nuestro país, y que Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda describen maravillosamente en su reciente libro titulado Regreso al futuro, muy digno de leerse y comentar. Todo se resume en su introducción, de por sí elocuente: "México es un país más grande que el que está en la cabeza de la mayoría de los mexicanos", un país vasto y hermoso, rico en posibilidades que, preso de su pasado histórico, y con la memoria fija en tropiezos recurrentes sufridos durante las últimas décadas, no ha logrado reconstruir la raquítica imagen que tiene de sí mismo, a pesar de que la realidad le está gritando lo contrario.

Sufrimos de un extraño complejo colectivo de inferioridad, mezcla de inseguridad y masoquismo, que requiere tratamiento psiquiátrico inmediato. Una acción urgente capaz de convencer al ciudadano común de que este México posible pregonado de antaño es ahora una realidad tangible que debemos aprender a asimilar.

Nuestro país ha evolucionado enormemente los últimos 15 años pese a una percepción general de retraso o estancamiento. Basta recorrer el país para quedar gratamente sorprendida ante el progreso de muchas ciudades, que han ido incorporando a su paisaje provincial centros comerciales, universidades, monumentos y museos, modernas avenidas y medios de comunicación. Sus fraccionamientos de lujo y desarrollos turísticos de avanzada nos ubican, de pronto, en cualquier parte imaginaria de un súper primer mundo. Lo cierto es que no hay turista o visitante que no quede impresionado por la grandeza de nuestra patria, grandeza que se manifiesta en sus distancias, en sus millones de habitantes, en su diversidad cultural y artística, en sus monumentos, en la gran capacidad organizativa que supone el manejo de un país con las complejidades del nuestro. Estos visitantes llegan siempre a la misma conclusión: tenemos una pésima mercadotecnia, no sabemos vender nuestra imagen, a consecuencia de ese archivo muerto que llevamos en la cabeza, que nos impide reflejar a México a la altura y en el lugar que se merece.

"El país que está afuera de este archivo", comentan los autores de este pequeño gran libro, "lleva quince años sin sufrir un descalabro financiero como los que padeció cada seis años desde 1976, con la correspondiente destrucción del patrimonio y del nivel de vida". La consecuencia más importante de esta estabilidad económica no es esa sensación de abundancia que ofreció López Portillo ante el auge petrolero, expresado en una frase consagrada para la posteridad: "ahora tenemos que acostumbrarnos a administrar la abundancia"; ni tampoco el aparente progreso que se vivió en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, cuando la economía al terminar su sexenio, según declaraciones de funcionarios de esa época, quedó prendida con alfileres. La estabilidad de nuestra economía se refleja ante todo en el fortalecimiento de nuestra clase media, como la quieran medir, con una reducción palpable de la pobreza extrema, acotándose las distancias entre la desigualdad.

Esto no quiere decir que la pobreza haya desaparecido, que se haya solucionado el problema del campo o desaparecido la marginación de las comunidades indígenas. Para un porcentaje intolerablemente elevado, estas diferencias persisten, lo que quiere decir que aún nos falta mucho por hacer. A diferencia del pasado, mientras los mexicanos en extrema pobreza y marginación constituían una mayoría escandalosa en el país, ahora son "una minoría variante".

Para construir una agenda progresista, capaz de colocar a México, según lo pronosticado por reconocidos economistas, como la quinta potencia económica a nivel mundial, es necesario destruir ese archivo muerto, "hijo de las cicatrices del pasado".

Tuesday, March 22, 2011

AMLO ibid. Denise Dresser

Puiblicado en reforma, Jul 12, 2010.

"I'll be back", amenaza Arnold Schwarzenegger en la película Terminator. "Seré candidato presidencial otra vez", anuncia Andrés Manuel López Obrador en días recientes. Y no es una buena noticia ya que AMLO no debería serlo en el 2012, o por lo menos como lo fue en el 2006. Irremediablemente combativo, confrontacional, anti-institucional. Invariablemente atávico, testarudo, conservador, contumaz. Alguien cuyas posturas poco claras -y con frecuencia contradictorias- han inspirado una desconfianza que será difícil, si no imposible, remontar. Alguien que metió a la izquierda en un callejón del cual le está resultando muy difícil salir, a pesar de las alianzas electorales exitosas de los últimos tiempos.

Para quienes piensan -pensamos- que México debe tener una izquierda funcional, pocas cosas tan tristes como contemplar la tragedia de su auto-sabotaje desde hace cuatro años. Las heridas que se ha infligido a sí misma desde la última elección presidencial. El papel suicida que la izquierda dividida se ha empeñado en jugar. El PRD y el PT y Convergencia atrapados en una lógica de confrontación constante entre sí y sin saber exactamente qué hacer con Andrés Manuel López Obrador. El PRD transformado en propulsor de su peor adversario. López Obrador convertido en promotor involuntario del regreso del PRI. AMLO responsable, sin sopesarlo siquiera, de una regresión a la cual ha contribuido.

Tomando decisiones equívocas -una y otra vez- que debilitan su posición política y fortalecen las del contrario; haciendo declaraciones que le restan apoyos y se los transfieren a quienes desea debilitar pero termina por apuntalar; negando la legitimidad de las alianzas PAN-PRD aunque se han vuelto la única forma de parar al PRI. AMLO como conductor contraproducente; como actor auto-destructivo; como político paradójico que encabeza una izquierda empecinada en empoderar a la derecha priista. Una izquierda lopezobradorista que en lugar de actuar como contrapeso eficaz al PRI redivivo, explica su avance.

Todo ello producto de las decisiones post-electorales del 2006 que AMLO tomó, y por ello es imperativo recordarlas. No tenía sentido exigir el recuento voto por voto y -al mismo tiempo- negarse a aceptar sus resultados. No tenía sentido denunciar la ilegalidad de la contienda y -al mismo tiempo- aceptar los avances del PRD en ella. No tenía sentido pedir que se examinaran los votos de la elección y -al mismo tiempo- sugerir que era necesario anularla. No fue una buena estrategia descalificar todo el juego y también insistir que lo ganó. No fue una buena estrategia pedir el recuento y también sugerir que no lo respetaría. No fue una buena idea mandar al diablo a las instituciones y alienar con ello a quienes se rehusaron a creer que AMLO era peligroso y ahora piensan que lo es.

Y si López Obrador no entiende esto, ojalá que otros miembros de la izquierda mexicana sí sean capaces de hacerlo. Ojalá comprendan que el proyecto de nación que sigue proponiendo es demasiado estrecho, demasiado excluyente, demasiado monocromático. El país que quiere gobernar donde sólo hay cabida para los pobres. El candidato que nunca ha dicho lo que hará por las clases medias y cómo fomentará su expansión. El redentor que ofrece aliviar la pobreza pero no explica cómo va a crear riqueza. El líder social que no sabe cómo ser político profesional.

Que no entiende la necesidad de deslizarse hacia el centro del espectro político y liderar una izquierda moderna y propositiva desde allí. Incapaz de aprender que precisamente eso llevó al poder a Tony Blair y a Ricardo Lagos y a Felipe González y a Michelle Bachelet. La transformación del agravio histórico en la propuesta práctica. La reinvención del resentimiento en planteamiento. El combate a la desigualdad junto con medidas para asegurar la movilidad. Pero López Obrador no quiere o no puede pensar de esa manera. Por su obcecación. Por su tozudez. Por no moderar sus posiciones cuando debería hacerlo. Por amenazar y chantajear a legisladores perredistas que buscaban formar un frente contra el PRI en el Congreso. Por no atemperar sus posturas y posicionarse en el centro pragmático en lugar de atrincherarse dentro de la izquierda recalcitrante. Por pensar que no necesita convencer, que basta con existir.

Éste es un diagnóstico desolador para quienes creemos que México necesita una izquierda encabezada por líderes progresistas, audaces, visionarios. Una izquierda capaz de remontar la intransigencia que fortalece al priismo en vez de frenar su avance. Una izquierda que sea acicate del cambio progresista y no pretexto para la restauración conservadora. Una izquierda con ideas viables y no sólo posiciones morales. Una izquierda que sepa hablarle a las clases medias en lugar de alienarlas. Una fuerza política que sepa ser oposición y también opción viable de gobierno, porque el país necesita ambas. Y si no, López Obrador puede entonar la canción de los Beatles I'll be back y decir "Regresaré de nuevo ... Soy el que te quiere", pero habrá que responderle "Oh no".

Wednesday, February 09, 2011

Érase una seudoperiodista

¿Es eso periodismo?
Estoy refiriéndome a la nota que sorprendió a propios y extraños en la que se anunciaba el cese de Carmen Aristégui de su noticiero en MVS.

La señora Aristegui elaboró una serie de comentarios editoriales cuestionando un inexistente y presunto problema de Felipe Calderón con el alcohol. Este “problema” y sus cuestionamientos basado solamente en una manta que un porro revoltoso y que odia a México y a todo lo que se le ponga enfrente puso en el salón de plenos del congreso, con la finalidad de hacer notar su amor a AMLO y de reventar la sesión del congreso.

MVS corrió a Carmen, aduciendo que editorializó y cuestionó al presidente basada en rumores, y que eso viola el código de ética de la estación.

Podemos estar o no en contra de la manera en la que Aristegui piensa, pero a mí me quedan claras tres cosas.

1. Existe libertad de empresa: Las empresas, en un ambiente de competencia sano, necesitan por una parte atraer al mejor talento que hay en el mercado para que con sus ideas puedan prosperar, ya que la innovación les traerá una ventaja comparativa en el mercado y por otra parte necesitan hacer que sus empleados se ajusten a una visión y misión específicas y basen sus acciones en los valores de la empresa. Si algún empleado viola dichas cláusulas de sus códigos, merece ser despedido.

2. La libertad de expresión termina donde empieza el respeto hacia la otra persona. Creo que la libertad de expresión tiene que ser ejercida pensando siempre en respetar a los demás. No, el estado no puede ni debe determinar dónde empieza el respeto a los demás, pero en este caso una estación de radio, o un periódico, puede tener un código de ética que defina perfectamente dónde termina la libertad de expresión al pasar a ofender a otro.

3. La libertad de expresión implica responsabilidad. Mi libertad de decir o de escribir lo que pienso y siento exige de mi persona la conciencia para usarla adecuadamente. Así no puedo ponerme a calumniar sin tener datos duros que sustenten mi acusación, o no puedo ponerme a ofender a otras personas o instituciones sin saber que soy responsable de lo que dije y me atengo a las consecuencias y debo ser responsable de los daños que puedan sufrir los demás por mis palabras.

Creo que la señora Aristegui no sabe usar un micrófono responsablemente. Ya van tres estaciones de radio (era socia en Imagen) de las cuales le rescindieron sus contratos; La parte editorial de su noticiero se basa en el mejor de los casos en verdades a medias, y su micrófono está al servicio de intereses que se quedaron en el 2 de Julio de 2006. Así, ardidos, retrógradas y contrarios a lo que muchísimos mexicanos queremos de este país se dan cita en su programa; El señor al que invitaba para hablar de economía basa sus editoriales en verdades a medias, en lecciones truncas de economía básica. Cita a Paul Krugman pero fuera de contexto y en citas incompletas; Sus investigadores invitados siempre son los mismos, y al revisar el currículum de cada uno de ellos nos damos cuenta que han estado afiliados a Cuba, al Chile de Allende o a la teología de la liberación. Eso no es periodismo. Se llama propaganda y fue usada por los regímenes totalitarios en Rusia, Alemania, España, para ideologizar a su pueblo.

En pocas palabras, Carmen y su noticiero eran más una agencia de ideologización del PT y del PRD de AMLO que un lugar en dónde encontrar noticias objetivas.

Para muestra de que ese grupúsculo de poder que quieren imponer la dictadura chavista en México no es nada democrático, un botón: ¿Por qué Carmen Aristegui dio una conferencia de prensa para definir su postura después del despido (en pleno uso de su libertad de expresión) y no permitió preguntas? Autoritaria. ¿Por qué no le preguntó al PT acerca de dónde habían sacado la información contenida en la manta con la que bloquearon el trabajo del congreso tan autoritariamente?

Si yo trabajara en MVS, yo hubiera dejado que siguiera con su programa. Al final de cuentas el rating es lo que manda, y si muchos la escuchaban aunque no estuvieran a su favor pues bendito sea el rating. Al menos que Paris valga una misa.

Wednesday, December 22, 2010

Érase una contestación a los Alex

Me niego a discutir ideología en Facebook. Facebook es un lugar de esparcimiento y de sosiego, no una cafetería de secundaria donde se vale arrojar de todo. Respeto tu pared y tú respeta la mía. Respeta mis ideas y yo respeto las tuyas. No estoy de acuerdo contigo pero moriría por defender el hecho de que puedas expresar tus ideas libremente.

Una vez hecho este disclosure te daré respuesta, Alex B. y te daré respuesta Alex P.

Alex P. El origen de la inseguridad que vivimos NO ES el ejército. El origen de la inseguridad que vivimos tampoco es el hecho de que finalmente alguien se haya decidido a combatir al crimen organizado.

El origen de la inseguridad que vivimos es la impunidad. La exigua posibilidad del 2 al 5% (dependiendo de la fuente) de que alguien sea juzgado por los delitos que cometió. La posibilidad del 95% al 98% de que el que cometa un delito no sea castigado; y lo arraigado que está la impunidad dentro de la cultura mexicana. Desde bajar música ilegalmente, darle mordida al tránsito que los para en las calles, hasta sobornar jueces y comprar conciencias. La justicia necesita ser reformada de pé a pá. Ha habido reformas aprobadas en la materia (2007), y yo no soy un experto ni en seguridad pública ni en justicia, pero falta un montón por hacer para que en México la ley se respete.

Sí, creo que antes de emprender una batalla contra el crimen organizado como la que emprendió Calderón, se tuvo tal vez que haber reformado tanto a las policías como al sistema de justicia. No sabemos, sin embargo, la magnitud de lo infiltrado del crimen organizado en la política ni por qué decidió Calderón actuar contra el crimen organizado primero y reformar y pedir ayuda a los gringos después. Pero el hecho es que las batallas por tener un mejor sistema de justicia y una mejor policía, y la batalla contra el crimen organizado eventualmente se tenían que dar.

Y las revelaciones no nos dejan de sorprender: Narco diputados del partido-que-todo-critica, el Greg en QR apoyado por el peje, el Nico y sus nexos con el crimen organizado, la puesta en libertad de innombrables y el escape de otros innombrables. La procuración y administración de la justicia están podridas por dentro y dicho sistema necesita urgentemente una reconstrucción de fondo. Policía y Procuradores Generales que no saben, o no pueden, o no quieren, integrar buenos expedientes para que los crímenes no queden impunes. A todos les toca su embarradita.

Y da mucho coraje ver a los diputados y senadores actuar con una lentitud y dejadez que parece que estuvieran coludidos con los intereses criminales que no quieren que México cambie en la administración de la justicia y en la implantación de un verdadero estado de derecho. No se trata de banderas partidarias, sino de sentido común, el cual no parece en estos tiempos tan común.

La manera de arreglar el problema de seguridad es eliminando la impunidad y haciendo que la policía sea profesional. Que los ministerios públicos se dediquen a investigar y a aportar pruebas. No saben (están pobremente capacitados y educados), no pueden (no tienen ni el equipo ni los mandos para ordenar que la policía que investiga trabaje 8 horas diarias, de hecho ve a ver qué hace un policía en todo un día laboral y verás que pierde su tiempo irremediablemente) y no quieren (la policía, en general, tiene incentivos $$$ para no hacer su trabajo, ya que el que más dinero pone en los casos es el que gana. O luego le salen a la policía con “plata o plomo”. Bonitas decisiones

Alex B.

Las estadísticas son como los bikinis: Muestran lo interesante pero tapan lo importante. Esto aplica en el color, bandera, partido o ideología que tú quieras o no quieras.

Para acabarla, existen índices de “percepción” que no son más que preguntas abiertas a la ciudadanía acerca de “cómo se siente”.

Así, Rocha saca sus datos duros, Castañeda saca los suyos. Pueden o no tener los datos correctos. Pueden o no hacer su caso basados en datos. Sin embargo, analizando la columna de Rocha, esta solo se dedica a literalmente vomitar datos. Sacados de una ponencia de un estudio que no ha sido publicado al día Viernes 17. Fueron datos de una conferencia de un doctor con dos maestros. Sin cuestionar más, allí quedaron esos datos.

En el ensayo de Castañeda abundan las fuentes de información. Sus datos son vertidos para situar a México en un contexto actual y proponer medidas para potenciarlo a futuro.

Criticando el ensayo de Castañeda y Camín, creo que se quedaron cortos tanto en lo importante que es la educación como en lo complicado que resultaría elevar la calidad de la misma sin cambiar radicalmente la manera en la que el sindicato tiene amarrada con grilletes a la educación.

Las reformas que no hemos hecho están haciendo que perdamos la competencia global, especialmente contra Brasil, China, Rusia y Sudáfrica. No podemos seguir con esta inercia. Necesitamos un cambio y tal vez el panorama “clasemediero” de Castañeda y Camín peca de optimismo al respecto.

¿Oligopolios? Se alimentan de los tres partidos. Cuando el PRD defiende a ultranza a los sindicatos, y por otro lado no permite que haya competencia en PEMEX. Cuando el PAN de Calderón se ve tibio para no concesionar otras dos o tres cadenas televisivas que puedan competir con éxito. Cuando se hace bolas con el espectro de telecomunicaciones. Cuando los tres partidos principales no están de acuerdo en una reforma que le quite poder a los partidos políticos y que abran la participación a candidaturas ciudadanas. Cuando el PRI se va de la mano de Televisa para impulsar a un candidato de cartón que no sabe hablar y carece de ideas propias. Cuando no quieren los de PRI y los del PRD abrir PEMEX y CFE a la competencia, porque esto significa que los líderes sindicales ya no vivirán como jeques árabes. Cuando los partidos políticos otorgan recursos billonarios a los estados y estos no responden por aquellos, sino que los usan para corromper, para comprar, para darle circo al pueblo. Cuando los ciudadanos nos vamos hacia un partido o hacia otro en vez de reconocer que el cambio depende de nosotros y de lo que les exijamos a las autoridades. Que ya basta, que a nivel local deberíamos de pedir cuentas por igual a Emilio, a Padilla, a Aristóteles y al congreso de las iPads y de los bonos.

Pero por otra parte, Alex, es importante reconocer, sin ideologías, que en los últimos quince años ha habido avances importantes en todos los frentes. Que no necesitamos agitadores revolucionarios para un cambio, sino que necesitamos construir sobre lo que ya tenemos y en base a ello lograr potenciar a este gran país. Porque la última vez que se le ocurrió a alguien desestabilizar al país por sus propios intereses (Huerta) provocó un millón de muertos y un montón de retroceso. Que el país sería otro si la transición Díaz-Madero hubiera seguido su curso pacífico.

En fin, esa es mi pragmática forma de pensar. Soy liberal, creo en el mercado y creo en la libre competencia como medios para generar y repartir riqueza. Creo en el gobierno como corrector de los fallos de mercado, como el garante de la seguridad, infraestructura, educación y salud.

Monday, May 17, 2010

Érase un país deshecho.

Tengo mucho sin escribir. Es que parece que no hay de qué escribir. O para qué escribir. Por principio, no suelo escribir acerca de la violencia. No sé mucho de temas de seguridad pública, además de que para hablar de ello hay que hilar demasiado fino. Prefiero hablar de economía o de política, temas respecto a los cuales puedo hilar suficientemente fino. O de fútbol, del que no se mucho, pero, siendo el fútbol la cosa más importante de las menos importantes, creo que vale hablar de él de vez en vez.

Y de repente pasan cosas que desbalancean la delicada situación de impasse en la que nos desenvolvemos todos los días. Una desaparición forzada, unas reacciones, unos sentimientos. Y estos sentimientos que me impulsan a pronunciarme al respecto, aunque tenga que ver con seguridad pública, que expliqué que no me gusta tocar.

Ya es de todos sabido que el Viernes en la noche desapareció el Jefe Diego. Podía uno estar o no de acuerdo con sus ideas, pero es un hombre de poder en México. Influye en la manera de pensar y de actuar de muchos. Es exitoso en lo que hace. Y es un referente del poder en México en al menos los últimos 15 años.

Las reacciones no se hicieron esperar. La reacción de la policía y de los cuerpos de seguridad francamente deficiente. Veo las fotos del periódico de policías rondando el rancho de Diego Fernández. Los mismos policías que pasan por el periférico: panza, camioneta, rifle y moscas incluidas. Con la mirada perdida al infinito y la más completa ineptitud que les brota hasta por los poros. Compárese la reacción de la policía de Nueva York en el intento de bomba de hace dos semanas. Diferencia abismal. Ni análisis de ADN de la sangre de la camioneta, ni análisis de las huellas de autos que hubiese junto a la camioneta, ni videos de cajeros automáticos en el pueblo más cercano.

La reacción de la prensa. Tibia, pusilánime, sin cuestionar la actuación de la policía. Un poco miedosa respecto a reacciones del crimen organizado. Algunos otros, en especial de la prensa escrita reaccionan mezquinamente, inventan teorías y especulan con argumentos más bien débiles.

La reacción de muchos mexicanos. Impulsiva, pobre, chiquita. Como la mente de muchos. Pensando en que “es un rico menos”, “para que vea lo que se siente” y joyas de esas, que exhiben 500 años de depender de papá gobierno, sea Virrey, Dictador o PRI.

Destaca entre los pedazos de comentario aquellos que dicen que “solo porque lo secuestraron a él merece atención”. Es impresionante ver cómo a tanta gentuza le da gusto que a una persona le pasen cosas malas. A mí me habla de una ignorancia inmensa y de una descomposición total del país.

La desaparición de Fernández nos debe de importar a todos porque, si a él lo pueden esfumar, eso significa que a cualquiera de nosotros, a la persona que sea, pueden hacernos lo que sea. Y eso es un reto para el Estado. El Estado no es el gobierno, el Estado somos todos.

Estoy preocupado. Las reacciones incluso de personas de la prensa, pero además de la gente en la calle son de “qué bueno”, de “se lo merecía”. Reacciones de gente bárbara, reacciones que deberían de preocupar a los políticos, que habrían de pensar en que estas reacciones son la consecuencia de un pobre sistema educativo, de un pobre sistema de valores y de un pobre ejemplo.


Espero que este momento que atravesamos haga reaccionar a la clase política. Que piensen que las reacciones salvajes de la gente se deben a la falta de valores. A la falta de esperanza. A la falta de educación, a la mente tan corta con la que han sido educados. A la educación socialistoide que hasta la fecha se imparte en la escuela. A los impávidos monopolios educativos, sindicales, políticos y económicos que logran quitar las ganas a los más aguerridos.

Por el bien de nuestro querido país espero que no hayamos pasado un punto de descomposición del que no se pueda regresar. El caldo no está para albóndigas.

Sunday, January 24, 2010

Érase un camión que cayó del cielo

Las tragedias suceden. Pero los desastres son causados por los humanos.

Es un acto de la naturaleza el que haya temblores, o que haya huracanes categoría 5, o tsunamis.


Pero de los humanos depende que estos eventos causen desolación o que solo causen una pequeña disrupción de las actividades para después reanudarse.

Así, un sismo de 7 grados en California causó menos de 100 muertos, y daños económicos que las compañías de seguros se encargaron de indemnizar. Se aprovechó el terremoto de Loma Prieta de 1989 para no volver a construir secciones de freeway que no iban con la imagen urbana deseada en San Francisco, y se aprendieron cosas para el siguiente temblor.

En Haití, sin embargo, un sismo de 7 grados causa decenas de miles de muertos, muchísimos afectados (se cuentan por millones) y un caos total. Nos podemos ir apenas al 2005 en Nueva Orleáns, donde la falta de previsión también generó caos, muerte y desolación. O a China en 2008, con un temblor que dejó 80,000 muertos. O el ciclón de Burma.

¿Qué podemos hacer? Las cosas cada vez van a estar peor, con esto del cambio climático y concentración poblacional en las ciudades, especialmente de los países pobres. Necesitamos planear, necesitamos erradicar la negligencia, erradicar la ignorancia, la corrupción y darnos cuenta de que los desastres pueden ser causados por algún acto de la naturaleza, pero la desolación y los miles de muertos se deben a la falta de previsión de los humanos.

Negligencia. Y el martes pasado, un camión de basura que cayó del cielo hizo el punto. Está prohibido que camiones de carga pesada circulen por el “jegundo pijo” del periférico del Distrito Federal. Sin embargo, los policías, más atentos por ver si alguien tiene placas de fuera para morderlo, o si tienen bien puesta la calcomanía de verificación, dejan hacer y dejan ser a los irresponsables conductores de camiones.

Negligencia de los choferes. Falta de aplicación de la ley. Falta de responsabilidad de la gente que conduce cualquier tipo de vehículo con motor. Falta de educación vial y cívica. Gente a la cual le han dicho que tiene “derechos” de segunda o tercera generación. Que su pariente gay ya se puede casar en la misma ciudad en la que también tiene derecho, solo por ser viejo, de ir a cobrar una pensión ridícula y populista. En el mismo país en el que ya tiene derecho a decir lo que se le de su gana.

En el mismo país en el que nadie le ha enseñado a ser responsable. A cumplir con las normas básicas de civilidad. No hay ley o reglamento que valga si este no es respetado por ciudadanos educados para ser responsables. Educados para tomar decisiones difíciles en el momento pero que beneficien a la comunidad en el futuro. Tomar la lateral del periférico aunque su basura llegue tarde a su destino, y no causar tanto dolor a las 5 familias afectadas. Pagar impuestos para tener mejores vialidades. Saber que pagar impuestos es responsable. No como los populistas, disfrazados de “izquierda” alegan: ¡No más impuestos! Claro que pagar impuestos no es grato, pero es responsable. Y asegurarnos que todos paguen impuestos es más responsable aún.

Solo siendo responsables se pueden ejercer a cabalidad los derechos. Ya estamos harrrrtos de la gente que cree que merece todo solo por ser y que no cree que necesite aportar nada para el beneficio de la comunidad. Izquierdosos que creen en el derecho individual. Y no creen en la colectividad. Surreal.

Así, en el tercer mundo lleno de derechos y falto de responsabilidades, lleno de negligencia y falto de respeto básico a la ley, seguirán sucediéndose desgracias. Como la de los cien mil muertos en Haití, o los cinco en el periférico del Distrito Federal.

Érase una poesía

Esa poesia se llama If y es de Rudyard Kipling, me encantó.

If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you;
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too:
If you can wait and not be tired by waiting,
Or, being lied about, don’t deal in lies,
Or being hated don’t give way to hating,
And yet don’t look too good, nor talk too wise;

If you can dream- and not make dreams your master;
If you can think- and not make thoughts your aim,
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two impostors just the same:
If you can bear to hear the truth you’ve spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to, broken,
And stoop and build’em up with worn-out tools

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings,
And never breathe a word about your loss:
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: “Hold on!”

If you can talk with crowds and keep your virtue,
Or walk with Kings- nor lose the common touch,
If neither foes nor loving friends can hurt you,
If all men count with you, but none too much:
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds’ worth of distance run,
Yours is the Earth and everything that’s in it,
And –which is more – you’ll be a Man, my son!

Tuesday, December 22, 2009

Los derechos. Tan necesarios en una sociedad que venía de décadas sin tenerlos. Derechos universales tan básicos como la libertad de expresión o la libertad de asociación. Cuando comenzó la década que está por terminar, los derechos eran algo inimaginable. Al querer ejercer algún derecho, antes de 1999, podías ir a la cárcel, o al cementerio.

¿Tenemos más derechos que hace 10 años? Tenemos los mismos derechos que hace 10 años, pero más libertad para ejercerlos. Así, ahora también hay derechos de las minorías y de los grupos vulnerables. El último ejemplo del derecho de todo mundo para exigir derechos se dio ayer, a 10 días de terminar ésta década, con la aprobación del derecho de la gente del mismo sexo a casarse. Se puede estar a favor o en contra, pero al final dependerá de cada persona ejercer o no su derecho.

Si lo vemos en el panorama mundial, también esta década terminó con la elección del primer presidente afroamericano en los Estados Unidos. El punto culminante en la lucha por la igualdad de derechos en aquél país, en el que hace apenas 45 años las personas con su color de piel no podían siquiera votar, mucho menos ser votados.

Volviendo a darle zoom a nuestra realidad mexicana región cuatro, se ha avanzado respecto a derechos, en los últimos diez años, lo que no se había avanzado en los últimos 45, mientras el resto de los países avanzaban. Inclusive podría decirse, estemos o no de acuerdo, que estamos “a la vanguardia” en derechos humanos, al pasar ayer la iniciativa en el DF que mencioné anteriormente.

Para que haya equilibrio en un país, y para que este pueda avanzar, sin embargo, creo que hace falta que nos comencemos a hacer un planteamiento para la siguiente década: ¿Y dónde están las obligacioness? ¿Dónde está la responsabilidad? ¿Dónde termina mi derecho y empieza el tuyo?

Obligaciones. Una palabra inexistente en la psique colectiva mexicana. Un país construido a base de dádivas, a base de que el gobierno le dé a la gente, acostumbrada ésta a recibir sin hacer el mayor esfuerzo. Y ahora un poquito peor, porque además ya hay muchos derechos, comisiones de derechos y vigilantes internacionales de derechos que se aseguran que la sociedad reciba.

Obligaciones tan sencillas como ir a votar. Como pagar el IVA en absolutamente todo lo que consumimos. Como la obligación de pagar impuestos. Todos. No solo una minoría que es la que mantiene al resto del país que no paga. La obligación de respetar la ley. De pagar el mantenimiento en nuestro coto. La obligación de no dar mordidas y la obligación de los funcionarios públicos de hacer lo que les toca. La obligación de los estudiantes universitarios de estudiar (no de hacer grilla) y de los maestros de enseñar (no de hacer grilla). De los investigadores de investigar (no de producir papeles inservibles).

La obligación de las universidades y de los políticos a rendir cuentas del destino de nuestros impuestos. La responsabilidad de administrarlos de la mejor manera y de ser lo más eficiente que puedan ser en el uso de mi dinero y del dinero de cada contribuyente. La responsabilidad de cada alcalde de administrar el dinero para que rinda mejor. La responsabilidad de tomar decisiones difíciles aunque temporalmente impopulares.

Espero que la siguiente década sea una en la que la responsabilidad y las obligaciones sean el tema por el cual el candidato a presidente para el 2012 se distinga. Una década en la que las obligaciones le hagan contrapeso a todos los recién ejercidos derechos. Porque un país con derechos y sin obligaciones no puede más que decaer.

Thursday, December 17, 2009

Érase otra reforma

La reforma política (el decálogo de Calderón) presentada el Lunes, tiene muchas cosas demasiado valiosas. Cosas que además habíamos estado clamando; reelección de miembros del congreso y alcaldes, segunda vuelta presidencial, eliminación de algunos diputados y de senadores plurinominales, posibilidad de candidaturas independientes.

Las reformas propuestas contienen el elemento clave en cualquier democracia: Acercan a la política (y los políticos que de ella emanan, aunque algunos se desparraman) al ciudadano. Dichas reformas de Calderón tienen demasiadas virtudes a las cuales podríamos dedicarles sus propias reflexiones. Las reformas devuelven la representatividad de los congresistas y alcaldes. Favorecen la gobernabilidad. Permiten que los ciudadanos puedan hacer política por su propia cuenta.

En mi opinión, sin embargo, la reforma política de Calderón es importante en tanto logra una cosa vital: Deshacer un monopolio.

Una de las falacias más grandes que se pregonan como si fueran verdades absolutas en este país, es hacerle creer a la gente que la causa de todos nuestros males es el “neoliberalismo”. No hay neoliberalismo, ni siquiera liberalismo puro, desde el momento en el que el poder, el dinero y las estructuras del país están controladas por poca gente, evitando la libre competencia. La libre competencia es la base del capitalismo, del liberalismo y del neoliberalismo, y no hay tal. Para que este país pueda ser viable necesita haber competencia en todos los ámbitos.

La reforma de Calderón logra, específicamente, atacar a los monopolios políticos. Promueve la competencia, al permitir las candidaturas independientes y al permitir la reelección. Reelección que no significa más que el representante popular (diputado, alcalde) tenga que ir con la ciudadanía por la ratificación de su cargo. Si el señor en cuestión hizo bien su trabajo, se queda. Si no, se va, porque habrá otras alternativas en el estado, distrito o municipio que le echarán al señor sus fallos, y si los electores deciden que los fallos son mayores que los aciertos pues se tendrá que ir. El señor diputado escuchará a sus ciudadanos y no a la cúpula partidista (del color que sea). Eso es eliminación de monopolios en el sentido más puro de la palabra.

La reforma promueve la competencia al permitir las candidaturas independientes. Si los partidos no quieren o no pueden ponerse de acuerdo existe la alternativa de que haya personas que se puedan postular por su cuenta para los puestos de elección pública. Abre los espacios del poder y los renueva de aire fresco.

¿Que la reforma no atenta contra los otros monopolios? Claro. No creo que sea la idea de esta reforma desbaratar a los otros monopolios. Espero otras reformas que deshagan a los otros monopolios: una reforma laboral (monopolios sindicales), una energética (monopolios paraestatales), una de telecomunicaciones (monopolios televisivos y telefónicos) y una educativa (monopolio sindical, de nuevo).

Así que esta reforma política es solo una de otras que espero para tener un país para los próximos cien años. Literalmente, para mis hijos y para mis nietos.

Esta reforma es la más importante, porque de ella emanan las demás. Si esta reforma pasa, entonces las demás podrían pasar. Tal vez no antes del 2012, pero seguramente después de esa fecha.

¿Pasará esta reforma? Hay un bando pesimista que dice que los políticos no van a atentar contra sí mismos, y que esta reforma les quita tanto poder que jamás la van a pasar. Yo soy optimista. Creo que los políticos atentarían contra sí mismos si no hacen nada. Si dejan que el país se siga degradando de esta manera tan terrible y siguen en discusiones mezquinas y con la mente, las ideas y los corazones tan chiquitos. Espero grandeza. Ojalá la tengan.

¿Qué hacer? Escríbele a tu diputado y a tu senador. Dile que crees que es importante que la iniciativa prospere. Habla al radio, manda correos a la televisión. Participa. No te quedes callado... Y usa bloqueador solar.

Friday, August 07, 2009

Erase un modelo económico

Le doy la razón a Granados Chapa, Aristegui, Rocha, Andrés López et al. Necesitamos un cambio en el sistema económico.

Es un hecho. Tenemos un modelo económico que no ha logrado sacar de la pobreza al 42% de la población en México. Tenemos un sistema económico que privilegia a los monopolios y que hace que poca gente se haga muy rica. Y que a nivel país nos hace crecer a un promedio del 2% anual, cuando necesitamos hacerlo a un 7 u 8%.

El modelo económico que tenemos actualmente ya no da para más. Hasta aquí las coincidencias con los pintorescos personajes nombrados al principio de esta columna.

Llamarle a nuestro modelo económico actual “neo-liberalismo” y haber logrado que dicha palabra suene como un adjetivo y tenga connotaciones despectivas es una aberrante logro de los arriba mencionados, porque el modelo en el que México opera hoy, no tuvo su origen hace 30 años, ni tampoco es una receta de cocina generada en Washington. Según este mismo argumento falaz de “la izquierda” esta receta ha resultado amarga al paladar y peor para el estómago. Éstos análisis pecan en lo simplista y en lo reduccionista y trataré de explicar por qué lo digo.

Nuestro modelo económico es el mismo modelo que funcionó de 1929 al 2000. Es un modelo paternalista en el que el pueblo estira la mano, y espera que el gobierno le dé y decida por él.

Es un modelo basado en la administración de los monopolios, entre los que se encuentan grandes empresas controlan sectores industriales completos. Pemex, el petróleo, la CFE la electricidad, Telmex la telefonía, el ISSTE y el IMSS la salud pública y un largo etcétera; en un modelo así, no hay competencia, elemento básico del “neoliberalismo”, y los permisos de operación se otorgan en base a los amigos que se tengan dentro del grupo de poder, y no en base a capacidades reales y en beneficios a los consumidores en valor agregado, calidad o precio. Los otros grandes monopolios a saber son los sindicatos, los cuales nombran líderes vitalicios que amasan gran poder y fortuna y pueden hacer y deshacer a su suerte el destino de los trabajadores y de las empresas a las que exprimen.

Es un modelo basado en las dádivas y en la falta de respeto a la ley. Si no tengo los contactos adecuados me pueden poner “una multa” y molestar por nimiedades, mientras otras empresas progresan al amparo de los inspectores que son sus amigos o a los que les han dado su dinerito.

Sí, hubo una serie de reformas importantes a principios de los noventa, que nos dejaron con un Tratado de Libre Comercio, el cual podrá o no tener carencias, pero ha sido crítico para que crezcamos como país y reduzcamos la pobreza extrema. Hubo algunas ventas de empresas ineficientes de gobierno hacia la iniciativa privada, llevadas a cabo al más puro estilo del PRI: Ventas hechas en condiciones nada transparentes hacia los cuates y/o influyentes. Sin fomentar la competencia y asegurándoles el monopolio de las industrias. (Como Telmex, o las carreteras). Y las reformas neoliberales pararon allí. Abortaron apenas gestarse. Los sindicatos sin tocar, las industrias cambiaron de manos de burócratas monopólicos a empresarios monopólicos. Algunas industrias ni siquiera se tocaron. ¿A eso le decimos apertura económica y neoliberalismo? A un camino que comenzó, pero que realmente no logró nada?

El modelo económico necesita cambiar. Necesitamos desmantelar el modelo anterior y crear uno basado en el verdadero neoliberalismo: que promueva el respeto a la propiedad privada, la libre competencia, la igualdad de todos ante la ley y la eliminación de absolutamente todos los monopolios; una tercera y cuarta cadena de televisión nacional, telecomunicaciones abiertas a todos los jugadores sin mayores barreras de entrada, apertura del petróleo y la electricidad a inversionistas privados; la eliminación de monopolios sindicales a través de leyes laborales más justas y el rediseño del sistema de salud, que privilegie la salud por encima de mantener el statu quo.

Eso sería el verdadero neoliberalismo, que lograría crecimientos del 7 u 8% anuales del Producto Interno Bruto, lo que callaría a los inconformes de siempre, los cuales no podrían decir que "el modelo neoliberal no sirve". Porque el modelo neoliberal sí funciona: lo vemos en Brasil hoy, lo hemos visto en Chile y en Corea del Sur, en España y en Irlanda. Económicamente lo hemos visto en China. En México no lo hemos visto, necesitamos reformas económicas neoliberales pronto. La riqueza primero se crea, y después se reparte (y no al revés, como algunos clamarían).

Friday, July 31, 2009

Érase un 6 de Julio... y los meses después.

Un mes después de las elecciones. ¿Dónde ha quedado el movimiento alrededor de la idea del “voto en blanco”?

Muchos llegamos al 5 de Julio con un voto informado y a la vez, respeté (aunque no compartí su opinión) a los que pensaron que anular el voto es una alternativa. Entiendo que piensen que los partidos no sirven (en sus dos acepciones, dar un servicio o servir), pero externé mi opinion de que, al anular el voto, lo que se lograría sería fortalecer más a la partidocracia, en sentido totalmente opuesto de la idea de los que promovieron anular el voto.

No importa cómo votaramos, al final pasó el 6 de Julio, y un mes después de las elecciones los diputados electos ya empiezan a ser ratificados. Toda esta discusión acerca del voto nulo es historia. Vieja y obsoleta historia. Y, como la influenza de 2009, o como los plantones en Reforma de 2006, o la marcha por la paz del 2008, cayó en el olvido de la memoria colectiva.

500 diputados llegarán a sus curules. ¿Cómo exigir? ¿Qué exigir? No poseo todas las respuestas, pero ahí van algunos esbozos de las mismas:

¿Cómo exigir?
1. Adopta a un congresista. Adopta al diputado de tu distrito. Envíale un correo a la semana con las ideas que consideras que necesitamos poner en frente de ellos. Haz que vaya a tu barrio y que escuche a sus representados.
2. Exijámosle a los medios que le den seguimiento a nuestros diputados. Cuántas veces fueron al congreso, en qué iniciativas votaron a favor, en cuáles en contra, cuándo se abstuvieron, qué opinaron en el congreso y cómo empata todo lo que hicieron con la plataforma con la cual fueron electos.

¿Qué exigir?
Si queremos terminar con la partidocracia tenemos que exigir que al menos aprueben las siguientes reformas políticas:
1. Eliminación de diputados y senadores plurinominales: A partir del 2012 que no haya votos de diputados plurinominales, que queden 300 diputados (uno por distrito) y 64 senadores (dos por estado + D.F.).
2. Reelección de diputados y senadores: A partir del 2012 se puedan reelegir los diputados y senadores distritales. Con esto, los diputados y senadores serían castigados o premiados directamente por sus electores.
3. Que se permitan candidaturas independientes: Cualquier ciudadano interesado en competir por un distrito, o presidencia municipal o gubernatura pueda competir cumpliendo algunos requisitos (y poniendo candados, para que no nos vayan a poner candidatos independientes apoyados por el crimen organizado o alguna organización con fines oscurantistas).
4. Modificar la figura de fuero: Que los diputados y senadores no utilicen su fuero como licencia para cometer cualquier cantidad de delitos, sino que el fuero tome su espíritu original de proteger a los representantes contra el abuso del poder ejecutivo.
5. Eliminar a los diputados y senadores suplentes: Así evitamos que nos pongan una “portada” decorativa y que el que realmente vaya a sentarse en la curul sea el suplente. Si un diputado pide licencia el puesto se queda vacío y se convoca a nueva elección en su distrito.
6. Que los sueldos de los diputados y senadores sólo suban para el periodo próximo posterior. Así, si sentimos que se lo subieron sin merecerlo no los elegimos.

Ideas apartidistas, con consecuencias políticas, entre ellas que devuelvan la representatividad al congreso y la voz al ciudadano. Esbozos de una revolución de terciopelo, con ideas, no con gritos ni a sombrerazos.

Se trata de opinar, se trata de escuchar al otro y de llegar a acuerdos. Porque la pobreza se combate con ideas, con mucho trabajo y encontrando las posiciones que nos unen, no las que nos separan.


Claro, habrá reformas que nos hagan más fuertes económicamente, o más educados, o que garanticen que el estado de derecho se respeta. Pero podríamos comenzar con la reforma política.

Por nuestro querido México.

Friday, June 05, 2009

Érase un columnista invitado

¡Mi primera idea publicada en un periódico como columnista invitado!!! del Mural (Grupo Reforma) del 24 de Mayo de 2009.


Borregos al poder
Opinión Invitada 24 May. 09

Esteban Romero

Varios de los partidos políticos están metidos en problemas. Cada uno tiene a su "fichita" por la cual sentirse avergonzados.

Allí está el PT, con Ricardo Monreal y sus 14 toneladas de mota (como nombre de conjunto musical grupero); o el PRI, con Miguel de la Madrid acusando a Carlos Salinas de ratero, y éste, acusando a aquél de Alzheimer. Y el PAN, en Colima, con la candidata a diputada local plurinominal a la que se acusa de robar cosméticos de una tienda.

¡Ah! Faltaba más, Roberto Madrazo (el campeón del maratón de Berlín), con su libro "El Despojo", en el que escupe basura a la mitad de los políticos vivos (y no tanto); y Carlos Ahumada, que en "Derecho de Réplica" se encarga de la mitad que deja Madrazo a salvo.

Ante este espectáculo de pastelazos, golpes bajos, guerra de gises, avioncitos volando y escritorios ardiendo en el salón de la clase política, llegan de ultratumba algunos seudoperiodistas, periodistas convertidos al mesianismo tropical, "líderes" de opinión y demás para echarle más leña al fuego.

Dichos grupos comienzan a esgrimir argumentos falaces que ofenden la inteligencia de los lectores, radioescuchas o teleadictos, argumentos como "¡uyyy, qué clase política tan terrible!, mejor castigarlos y no ir a votar", "voy a ir a votar y anular mi voto como protesta, no hay ni a quién irle", "estoy harto de los partidos, voy a anular mi voto", "no voten, no sirve para nada", etcétera.

Entiendo el desencanto de todos nosotros hacia todo lo que sepa, huela, se escuche, se vea o se sienta como política. Creemos que todos los partidos políticos son iguales y que nada va a cambiar. Y es cierto, hay muchas cosas que están mal en la clase política y que necesitan cambiar.

Pero anular el voto o no ir a votar, que para efectos legales vale para lo mismo -o sea para nada- es lo peor que podemos hacer, ya que de todos modos el 1 de septiembre los diputados van a ir a arranarse a sus curules de acuerdo a los porcentajes efectivos de voto.Llevando la lógica de los del "no voto" al extremo, supongamos que votan 10 millones de personas del Padrón Electoral de 77 y medio millones (el 12 por ciento del padrón).

Los representantes en el Congreso federal serán 500 diputados, de los cuales 200 se definirán con base al porcentaje de votación y 300 serán electos directamente en cada uno de los 300 Distritos de los que se compone el país. No por el hecho de que haya menos votos habrá menos diputados.

Y serán esos 10 millones de personas (en su mayoría acarreados, tiangueros, taxistas piratas, etcétera; el llamado "voto duro" de los partidos) quienes decidirán por los otros millones de personas que no voten.

Yo no quiero que sólo la gente que tiene su credencial del Peje, o su tarjeta de la tercera edad del DF, o que es miembro de un sindicato o que recibe apoyos del Gobierno decida por mí. Pero eso va a pasar si la campaña de "no voto" y "anular el voto" prende entre la ciudadanía.

Los promotores de esta campaña saben que el pastizal está seco, saben que la campaña del "no voto" puede prender. ¡Y por eso la promueven!

Como ciudadano de a pie opino: hay que ir a votar. Si no les convencen los candidatos de ningún partido grande, voten por el menos malo, o denle oportunidad a los jóvenes que están presentándose en otros. Pero voten.

No quiero que, al no votar o anular el voto, se fortalezca la partidocracia. Los borregos al poder.

opinion@mural.com Esteban Romero es un ciudadano común preocupado por la democracia y tiene Maestría en Administración por el Tec de Monterrey, Campus Guadalajara.

Thursday, May 14, 2009

Éranse unos acarreados

Estos últimos días se nos ha estado presentando información que sólo hace que nos decepcionemos (más) de la clase política.

El libro de Ahumada expone en mayor o menor medida a toda la clase política, al PRD con sus millones de pesos que consiguieron a través de la extorsión y los contratos de obras con Ahumada, al PAN y al PRI por unirse para enfrentar a un supuesto enemigo común.

Por otro lado las declaraciones de Miguel de la Madrid en las que un día dice que Salinas y su familia tiene nexos con el narcotráfico y que robó mucho, y el otro día dice que siempre no quiso decir eso, y Salinas cínicamente tratando de descalificarlo.

Tenemos, por otro lado, algunas insinuaciones en los diferentes periódicos y medios de comunicación, en las que se nos invita a anular nuestro voto, o de plano a no ir a votar, esto como muestra de inconformidad hacia la clase política en general. Algunas publicaciones han tratado de “enseñar” cómo anular el voto.

Al principio esta idea puede sonar atractiva; anulo mi voto porque “todos son iguales”; anulo mi voto para que la “clase política” sepa que cada vez nos representa menos; anulo mi voto porque no hay a quién irle.

El problema viene cuando nos damos cuenta que, legalmente, anular el voto (o no ir a votar) no acarrea consecuencia alguna. Al final de cuentas, aunque voten 10 personas (de los 77 millones y medio de empadronados en el IFE), la ley dice que el ganador de la elección es el que tenga más votos. No hay ninguna cláusula que diga que tiene que haber un porcentaje máximo de votos nulos, o un porcentaje mínimo de participación ciudadana en el voto.

Anular el voto no sirve para nada, excepto para una cosa: Anular el voto (o de plano no ir a votar) beneficia a los partidos minoritarios, que no están en alianza y que tienen que juntar mínimo un 2% de votación para no perder su registro. O los partidos que han estado atacando a las instituciones y saben que tendrán cuando mucho unos 10 millones de votos.

Estos partidos chiquitos o impopulares quieren que los 10 millones de personas (que se componen de muchos acarreados e incondicionales) logren un porcentaje muy grande de la votación total: No es lo mismo 10 millones de 50 millones (un magro 20%, máximo, de votos), que los mismos 10 millones de un total de votos de 30 millones (con ello lograrían un 33% entre todos ellos, un número que los pondría en el umbral de conseguir lo que quieran en la cámara de diputados)

La decepción de la gente está siendo utilizada por los partidos chiquitos o impopulares; Están utilizando los últimos “escándalos” para “quemar” toda la clase política. Para que los ciudadanos no nos paremos en las urnas, para que los votos que ellos saben que son seguros (a través de sus acarreados, a través de los tiangueros, taxistas piratas y a todos los grupos que se dejan llevar por ellos) valgan más.

Dejemos que los partidos chicos o impopulares logren su nivel real de votación. Votemos, por el partido que cada uno consideremos como el mejor, o el “menos peor”, pero vayamos y votemos.

Lo peor que podemos hacer es anular nuestro voto. O no ir a votar. Así llegó Hugo Chávez al poder en Venezuela. Ganó con una abstención brutal del 70%. Estoy seguro que los que no fueron a votar por “decepción” ahorita se lamentan.

Friday, March 06, 2009

Éranse otras elecciones

Ya vamos a otro período electoral. Ahora vamos a elegir a 300 Diputados Federales. 200 serán sentados en sus curules por un sistema que se llama “de representación proporcional”, el cual asigna los 200 lugares en base a porcentajes de votación obtenidos por los partidos.

Aparte va a haber elecciones a gobernador en algunos estados, y se van a cambiar también a algunos presidentes municipales, regidores, delegados y demás criaturas políticas.

¿Qué significan éstas elecciones para nosotros los ciudadanos? En teoría mucho. En la práctica (actual, de acuerdo a nuestra mexica realidad), no mucho... no, pero sí.

Me explico: Yo creo que la democracia mexicana necesita reformas urgentes en tres sentidos:

En primer lugar, la eliminación de curules plurinominales. Esos 200 asientos que son asignados en base a una fórmula de representación proporcional y que no son elegidos directamente por los ciudadanos de los diferentes distritos. El espíritu de los diputados es precisamente representar a los ciudadanos de cada distrito, y los plurinominales, cuya creación se remonta a los setenta, cuando el PRI era partido dominante y los plurinominales hacían sentido, para comenzar a abrir el sistema a participación de otros partidos y fuerzas políticas no-dominantes (el PRI era todopoderoso) hacía sentido. Ahora no hace el más mínimo sentido.

Como segundo punto, creo que debería haber una reforma para permitir la reelección de diputados y senadores (a nivel federal) y de presidentes municipales y diputados (a nivel estatal). La famosa frase “Sufragio Efectivo, No Reeleción” en su tiempo sirvió para evitar las dictaduras (al final tuvimos una dictadura perfecta, con reelección de partido, que no de persona). Ahora, al haber tantos partidos y ninguna fuerza dominante, y al haber una real libertad de expresión, creo que la frase es obsoleta y se debe derogar de nuestras mentes. Que los mejores sean reelegidos por la ciudadanía, los peores echados para abajo y eliminados del sistema. Así los candidatos se asegurarían que representan a los ciudadanos, y no a la partidocracia.

Y en tercer lugar, creo que urgiría una reforma al impedimento de presentar candidaturas independientes. ¿Por qué alguien que sea popular, que traiga buenas propuestas pero que no tenga partido no puede ser votado? Es ilógico y atenta contra la razón. Claro poner candados para que no cualquier mequetrefe con pintas de dictador tropical venga e hipnotice a la raza, pero permitir las candidaturas independientes.

Hay un candado muy padre en la constitución norteamericana que prohíbe a las cámaras de representantes (diputados y senadores) subirse el sueldo. Si quieren revisar el sueldo de dichas cámaras, el incremento aplica a partir del período siguiente después de las elecciones. Así se evita el conflicto de interés. No estoy juzgando si ganan o no bien, simplemente el electorado evalúa y en base a eso podría dejar de reelegir al que se pusiera un sueldazo (sin merecerlo).

Pero bueno, de regreso a nuestro querido país, vamos derechito a unas elecciones donde, hasta el día de hoy, sólo veo propuestas con muchos foquitos, lucecitas, moñitos y adornos (pena de muerte, eutanasia - mmh, qué irónico, ¿es lo mismo?) pero ninguna que hable de reformas reales al estado... creo que estas reformas que modifiquen la relación del poder podrían crear un clima mucho más transparente, un clima en donde el crecimiento y la inversión no estén atrapados y trasciendan partidos y colores.

Por lo pronto, vamos a esta elección y no se ve por ningún lado alguna reforma que le quite el poder a los partidos y se lo devuelva al pueblo. No tanto por “quitar poder” y sonar populista, sino porque realmente los representantes sean eso, re-pre-sen-tan-tes. Y porque su actuar sea más transparente. ¿Keep dreaming?

Wednesday, November 05, 2008

Érase un país generoso... y uno mezquino

Hace 4 años fui a Nueva York, y en el aeropuerto compré la Newsweek de la última semana de Agosto de 2004.

En ella había un reportaje de un senador desconocido de Illinois, el cual había dado un discurso en la convención demócrata para nominar a John Kerry como candidato a presidente por el partido demócrata. El candidato perdió, el discurso del joven senador de Illinois, en el que hablaba de unidad, de cambio, de visión a futuro persistió.

Hoy ese candidato que hace 4 años me llamó la atención, es el presidente electo de Estados Unidos. El candidato más improbable, un nombre raro, un afroamericano, un hijo de mamá blanca y papá inmigrante. Pero con una gran visión de país, con una visión de unidad y una visión de cambio. Con una estrategia y un plan perfectamente ejecutado.

Su rival, un republicano, salió en la pantalla chica antes que él para reconocer el triunfo. Con grandeza y sin mezquindades. Lo apoyó y unió al país.

Acá, al mismo tiempo, estaba sucediendo un accidente. El segundo de a bordo del poder ejecutivo federal de nuestro país, murió en un accidente aéreo en pleno corazón de la capital de México.

Y pensé en la mezquindad de aquellos que lo criticaron. No por sus ideas o por su manera de hacer las cosas, sino solamente por su "dudoso origen". Pensé en la mezquindad de los que no reconocen a nuestro gobierno (que ganó en las urnas) y en la mezquindad de los que niegan a nuestro gobierno reconocimiento por su esfuerzo contra el crimen organizado.

Y seguí pensando en lo grandioso que puede ser un país generoso, un país que no niega oportunidades y que tiene a su primer afro-americano como presidente electo, no discriminándolo ni por su color, ni por ser hijo de extranjero. Reconociendo sus virtudes intelectuales y reconociendo su capacidad de negociar y de llegar a acuerdos.

Y en lo mezquino que puede ser otro país que no puede ver el éxito ni puede reconocer el talento. En el que ser mexicano hijo de padre extranjero es motivo de ataque y de linchamiento en la "plaza pública" (zócalo y la de Granados Chapa). Un país mezquino en el que no importan las virtudes inherentes en la persona, no importa la capacidad de negociar, la capacidad de llegar a acuerdos, de lograr que las cosas sucedan, que importa más "la formita pendeja" que el fondo de los asuntos. Un país en el que no importa ser el mejor de la clase, el más preparado, el de las mejores ideas, sino el más grillo, el que puede mover a más gente a plantarse en Reforma y a impedir el progreso.

Una diferencia abismal. Como abismal es la diferencia de PIB per cápita. Como abismal es la diferencia en la generación de riqueza y de oportunidades.

Y pues tal cual. Un 4 de Noviembre de contrastes. La luz en una tez oscura. La oscuridad en un país que podría ser brillante como el sol.

Monday, September 29, 2008

Érase una crisis

29 de Septiembre de 2008. Lunes negro - reloaded

La crisis que aqueja a los mercados es una crisis de crédito.

Crédito, del latín creditum. Creer en algo o en alguien.

Hoy los miembros del congreso de Estados Unidos, los cuales realmente representan a sus electores, rechazaron la propuesta de George W. Bush (W. para los cuates, que no le quedan muchos, por cierto), para hacer un paquete de salvamento por 700 mil millones de dólares (algo así como el 5% del Producto Interno Bruto de Estados Unidos).

Este paquete de salvamento iría a absorber deudas incobrables de los bancos americanos. No se aprobó por falta de crédito. No porque los 700 mil millones no tengan respaldo, sino porque los electores ya no le creen:

Ni a las instituciones financieras, esas que con el poder de tu firma te dieron crédito para comprar casa (o endeudarte con tu tarjeta de ídem), ni al gobierno de Estados Unidos. El mismo que dijo que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva, ese que dijo que los mercados (que sucumben a la avaricia) deberían dejar de regularse. Ese mismo gobierno de W. que dijo que no pasaba nada hace un año, cuando había señales de que había un problema.

La mitad de los norteamericanos tiene su dinero invertido en acciones. Acciones de compañías que ahora ya no existen... Merryl Lynch, Washington Mutual, Lehman Brothers, Wachovia. Compañías financieras que invirtieron sus pasivos en activos súper riesgosos, derivativos de deuda dependientes de deuda pagadera de hipotécas imposibles de pagar.

El mundo la tiene súper difícil. Resulta que Estados Unidos tiene gastos de al menos un trillón de dólares en dos guerras no-ganables (Irak y Afghanistán). Tendrá gastos de otro trillón de dólares en el rescate de estos bancos. Y otro trilloncito que ha transferido a naciones belicosas, como Rusia y Venezuela, en costos súper altos de petróleo. Compra petróleo y transfiere el dinero de los americanos a naciones que odian a los americanos y al mejor sistema creado por el hombre: el capitalismo. Tres trillones

Tres tristres trillones tragaban trigo en un trigal. Tres trillones es el 20% del producto interno bruto de Estados Unidos. No hay manera de recuperar ese dinero y recuperarse de la crisis si no es amarrándose el cinturón.

Y si Estados Unidos se amarra el cinturón, que lo hará, algunos nos vamos a poner morados.

Lo que nuestros abuelos nos contaban acerca de la depresión de 1929 lo viviremos en la depresión de 2009.

Hasta que volvamos a creer. Hasta que vuelva a haber crédito. Hasta que creamos otra vez en las instituciones y los bancos vuelvan a soltar dinero con crédito. Esperemos que prudentemente.

El mundo necesita crédito. Para desarrollar nuevas fuentes de energía y no depender de los belicosos para llenar el tanque del coche. Para desarrollar las tecnologías que lograrán crear más comida con menos recursos. Para que la innovación encuentre un camino para expresarse y ser la más poderosa arma de desarrollo del hombre.

La década de 2008 a 2018 será la década perdida. O será la década en la que los hombres volvimos a reconstruir el crédito para volver a creer en el poder del capitalismo y del desarrollo de la capacidad individual para hacer cosas maravillosas.

Estos 10 años (tal vez poquito menos) serán una época de grandes retos y de grandes oportunidades. Al final espero que el mundo no caiga en otra Edad Media. Depende del poder del mercado y del poder de las personas para volver a creer y para lograr que vuelvan a tener crédito. Unas en las otras.

Abróchense sus cinturones, se esperan turbulencias.



Sunday, August 31, 2008

Érase una marcha

Mi hermosa esposa, mis bellisimos hijos y yo acabamos de llegar de la marcha contra la inseguridad, capítulo Guadalajara...

¿De qué sirve manifestarnos? Creo que la marcha, aunque fue silenciosa, dijo muchas cosas. Me sorprendió lo apolítico de la marcha, ningún discurso, ningún orador. Ningún camión con acarreados.

Vi a personas de todos los estratos sociales. Indígenas, obreros, campesinos, estudiantes, profesionistas, amas de casa. Para que luego no digan que fue "una marcha de gente 'bien'" (¿al decir eso implicarán que hay "gente mal"?)

¿Qué pedimos? nada fuera de lo común, nada complicado: Vivir seguros. Dos palabras tan fáciles que resultan muy difíciles en nuestro querido país. Porque jamás, en 70 años de dictadura y en 8 de democracia, hemos tenido el 'andamiaje político' para vivir seguros. De hecho no sabemos lo que es vivir seguros.

Alcanzar nuestra seguridad lo veo tan fácil que resulta casi imposible;

En mi opinión la política es un club desconectado de la vida diaria de los ciudadanos. La política se maneja como un club de Tobi en el que se pelean, se contentan, se abrazan, hablan, dicen que hacen, hacen que dicen y hacen como que ven. Se limitan a tocar la puerta a la ciudadanía cada 3 años o 6 años para jugar a las sillitas. El "huesito" y "salir peinados en la foto" son prioridad. Ser lambiscón con el de arriba, usar al de abajo. Pero la política es un club allá arriba, desconectado de la vida real. Allá no hay inflación ni desaceleración económica ni cambio climático ni urgencia alguna. México es un cuadro estático que sirve como escenografía para seguir jugando a las sillitas.

Los ciudadanos, por acá a nivel de cancha, nos limitamos a votar 'por costumbre'. No exigimos cuentas, a veces nos frustramos pero vemos por nuestro cachito. Si tengo un amigo que tiene un amigo y consigo un pedacito de presupuesto, o una placita chiquita en una institucioncita de gobierno soy feliz. Si consigo un permisito chiquito para explotar un cachito de terreno aunque sea ilegal, "ya la hice". Y así estamos egoistamente centrados en vivir el día y vivir al día. Que no me den, que me pongan donde hay, (y que me quiten lo menos posible)... yo, yo y yo...

Esta desconexión, casi esquizofrénica de nuestro país es insustentable. Entre esas dos capas que no se hablan, que no se comunican y que no se relacionan se cultiva la impunidad, como hongo que crece en la oscuridad de las grietas, que es lo que hay entre estos dos Méxicos.

¿Qué hacer? podríamos comenzar con un par de cosas. Tan sencillas que parecen imposibles:

1. Hacer los cambios necesarios para permitir la reelección de diputados, senadores y presidentes municipales... ¿en qué cambia esto las cosas? ¡Fácil! En que los diputados, senadores y presidentes municipales ahora tendrían que tender puentes diarios a la sociedad. Si no sirven a la sociedad se van de su puesto. Si sirven se quedan.

En el statu quo actual, los mismos actores sólo ven hacia su mismo club de políticos, para ver 'dónde van a caer' en la siguiente elección. Sin embargo, al permitir reelección, ya no tendrían opción, los políticos no obedecerían a las cúpulas de sus partidos, sino a los ciudadanos que serían los responsables de que sigan en sus puestos (de acuerdo a resultados) o que se vayan.

2. Policía nacional. Una sola policía, no más 'policía ministerial' o 'policía municipal de San Pedro de las Tunas . Dicha policía no respondería a intereses locales (defender los cotos de poder de los caciquillos locales) sino que respondería a la nación y se podría movilizar más fácilmente a donde se necesitara más refuerzo policial. La policía nacional se podría hacer cargo de cualquier delito que ocurra en cualquier lugar, sin importar la 'jurisdicción' o el 'yo.me.toquismo' (a mí no me toca) que sucede actualmente, como en los delitos de narcotráfico (uy, es delito federal, yo no le entro) o secuestro (es delito local, yo no le entro).

Dos cambios que son prioritarios, y no son nada difíciles de implementar. Estoy asumiendo, al no mencionar nada, que la reforma al sistema judicial, que contempla los juicios orales y algunas otras maravillas, ya fue aprobada en la primavera pasada y ya está en proceso de implementación.

Bueno, en eso pensaba mientras marchaba en el silencio de la marcha de hoy. El silencio que hablaba hasta por los poros.

Sunday, April 27, 2008

Érase un mentiroso

Hay personas que tratan de confundir a las mayorías. Y las llenan con verdades a medias. Les dicen que "se privatiza" cuando no hay la menor intención en privatizar el petróleo (aunque, en mi opinión, debería privatizarse).

Y esas personas son apoyadas por otras personas de muy buena intención, pero con escasez de ideas. Con falta de una idea de nación. Con dogmas y paradojas estúpidas que no llevan a ningún lado. ¿De qué sirve tener miles de millones de barriles de petróleo "en nuestro suelo", "de nosotros" si hay 30 millones de mexicanos en la pobreza? Prefiero esos barriles de petróleo siendo explotados y generando utilidades a la iniciativa privada, a los accionistas que pudiésemos comprar acciones del petróleo. Esos barriles, explotados como debe de ser, darían riqueza a México.

La fórmula es bien fácil. Los pobres se terminan conforme crece el PIB. Si el PIB crece al 3% entonces tardaremos 40 años en erradicar la pobreza extrema. Y al 6% tardaremos 15 años (la bendición de las series exponenciales).

El PIB solo crece permitiendo la inversión privada. Y dándole la seguridad de que no será expropiada por algún mesías tropical. El PIB del 6% se logra con una reforma fiscal (hecha), reforma al sistema de justicia (hecha), reforma energética (en proceso, hay un tope que empieza con P y termina con E... o con O, como prefieran), reforma laboral (en la cocina).

El 6% anual de crecimiento en el PIB es la Ú-N-I-C-A manera de erradicar la pobreza rápido. Todo lo demás son cantos de sirenas, llamado tontos a la insurreción y cambio de modelo, que, lo siento, no aplica.

El modelo que el peje quiere es el modelo de Rusia de 1917 a 1991. De España de 1938 a 1976. De México, de 1926-1982. Los modelos no funcionan. Generan riqueza (para los que presiden, el Peje brincos diera por presidir), generan pobreza para el resto.

Escoger el modelo está fácil. Dejarse llevar por las filias y fobias es también de lo más fácil. Lo difícil es apelar a la razón y convencerse a sí mismo. Voltear a ver a España, a Irlanda, a Chile, a Corea del Sur... O a Cuba, Venezuela o Bolivia... Dos modelos, una misma intención. Un "¿Qué?" dos "¿Cómos?". Unos que funcionan y otros que tiene mil pretextos para no funcionar, o funcionar parcialmente.

¿A qué rumbo vamos, México?

Monday, April 14, 2008

Érase una democracia en gestación

Así es la democracia en gestación. Dos pasitos para adelante, uno para atrás.

Me da mucha tristeza que la minoría de éste país lo tenga detenido. La mitad más uno somos mayoría, y la democracia se trata del gobierno de la mayoría.

A estas horas, con 5 días de secuestrado nuestro Congreso de la Unión, a 5 días de éste gran atraco, con ganas de que las fuerzas que le ponen órden a lo público carguen con los revoltosos y los procesen como debería de ser (traición a la patria, obstrucción de la justicia, incendiarios y plagiarios), seguimos paralizados tratando de platicar y de llegar a acuerdos.

La democracia es el gobierno de las mayorías, tomando siempre en cuenta el punto de vista de las minorías. Pero al final se supone que ganan las mayorías, así sea por el 0.59%. O por un voto.

Quiero una reforma energética. Más que eso. Quiero un país con un crecimiento del PIB superior al 5% anual, para seguir sacando gente de la pobreza, como ya lo hemos hecho en los últimos trece años, a razón de 20 millones de personas (cinco millones de familias, que ahora son clase media). Que esta disminución de pobres se acrecente conforme se incrementa el PIB.

Los fondos son conocidos: Incremento en la productividad y en la generación de la riqueza. La forma unos dicen que es a través de las subvenciones e intervención del gobierno, otros creemos que no funcionó en la URSS, que no funcionó en Cuba o en China Maoísta. Los que creemos que el gobierno no lo es todo volteamos a España, volteamos a Irlanda o inclusive a Chile. Y los de siempre se fijan en la forma, no en el fondo, y lanzan vituperios hacia las recetas conocidas, probadas y exitosas.

Me da pena por éste mi hermoso país, que esté secuestrado por los cuarenta ladrones (máximo) que ocupan las tribunas del congreso. Con su Alí Babá. Alí Babá y los cuarenta ladrones (más sus altavoces) dirán que el país está secuestrado por __________ (place your bad guy's name here: Salinas, Slim, Santana)... Tal vez el pasado apesta, pero si Ali Babá, sus cuarenta ladrones y los que queremos que progrese éste país vemos hacia adelante encontraremos muchas coincidencias.

Queremos progreso, queremos que la gente sea clase media y que tengan una educación, salud y trabajo dignos. Queremos que los indígenas sigan siendo ellos pero que sus "usos y costumbres" no los limiten, sino que los enriquezcan.

Creo que somos muchos los que queremos que éste país progrese. De izquierda y de derecha, del norte y del sur. Y está Ali Babá y sus cuarenta ladrones tratando de que cien millones de mexicanos no avancemos. Porque Alí Babá quiere el poder, a toda costa. ¿Lo vamos a dejar, o nos vamos a poner de acuerdo?

Friday, April 11, 2008

Érase una reforma III

Los artículos a los que hice mención en mi post pasado son de 1939, y fueron promulgados por Lázaro Cárdenas, son los artículos 6, 7 y 8 de la ley reglamentaria del artículo 27, circa 1939...

Tal vez el mismito Lázaro Cárdenas, circa 2008, hubiese sido crucificado por los PRDistas... si se pusieran de acuerdo en qué clavos usar...

Tuesday, April 08, 2008

Érase una reforma II

Hoy el mismísimo Felipe Calderón entregó la propuesta de reforma energética.

¿A qué se referirán los artículos anexos? ¿será la fantasmal "privatización" del petróleo?

“Artículo 6º. El petróleo a que se refiere el artículo 1º será explorado y explotado por la nación como sigue:
“I. Mediante trabajos realizados en forma directa y
“II. Por conducto de las instituciones que al efecto cree la ley.


“Artículo 7º. En el caso previsto por la fracción I del artículo anterior, podrán celebrarse contratos con los particulares, a fin de que éstos lleven a cabo, por cuenta del Gobierno Federal, los trabajos de exploración y explotación, ya sea mediante compensaciones en efectivo o equivalentes a un porcentaje de los productos que se obtengan”.

“Artículo 8º...
“III. La forma de determinar la compensación y los límites dentro de los cuales deberá fijarse el porcentaje de que habla la parte final del artículo 7º, en la inteligencia de que deberá tomarse siempre como base para otorgar esa compensación la que los contratistas recuperen las inversiones que efectúen y obtengan una utilidad razonable”.


¿Qué opinan?

Saludos

Wednesday, April 02, 2008

Érase una reforma

Acabo de leer un post en el blog (post en blog, vaya pochismo) de mi amigo Alex Barragán, con el que puedo o no estar de acuerdo, pero siempre trato de llevar una discusión civilizada.

Las posiciones irreductibles, maximalistas, seudo-nacionalistas, y mal informadas no pueden llevar sino a un alejamiento de la razón. Entendiendo como razón aquélla época de Voltaire y Rousseau, hace un buen par-y-tantito-más-de-siglos en la que se dejó el pensamiento dogmático a favor de un pensamiento basado en la sola discusión de ideas.

Ideas que generan progreso, ideas que han llevado a la abolición de la esclavitud, o al crecimiento más grande en la riqueza del orbe. A la reducción más acelerada de la pobreza en el mundo y a algunos problemas nacidos a raíz del “progreso” pero que sin duda encontrarán solución en la mente y en la razón.

Algunas joyas de las personas que, movidas por un sincero afán de buscar el bienestar común, dicen, escriben y piensan cosas basadas más en los dogmas que en la razón. Más en los riñones que en el cerebro. Y como los dogmas no admiten razón, realmente mi argumento razonado espera encontrar oídos sordos, pero mi mente estará un poquito más despejada (y des-pejada).

A: “Modificar el aspecto tributario de Pemex para que pueda hacer inversiones, ampliar infraestructura y contribuir al gasto público con el 100% de lo que se extraiga”.
E: Lo siento, no me dan las cuentas. ¿Quieres que Pemex siga contribuyendo como hasta ahora y además que tenga dinero para invertir? ¿Van a traer a cierto mesías a repartir el pescado y el pan? Según tengo entendido, eso se hizo una vez, y lo hizo una sola persona. Y es competencia de la fe, no de la razón.

A: “Estamos en una época histórica donde el negocio del petróleo además de ser una fuente de riquezas inmensas, implica un poder político mundial”.
E: De acuerdo a datos, llegamos como unos 120 años tarde a la fiesta. Rockefeller ha sido la persona más rica que ha existido en la historia, y eso fue gracias al petróleo, y fue en 1890. Pero, además, Rockefeller, en los años 20 del siglo pasado, tuvo que dividir su empresa en unas 5 o 6 más chicas, porque el gobierno de Estados Unidos le ordenó disolver su monopolio. ¡Monopolio! Como Pemex, o como el juego de mesa.

A “Bartlett dice que el FMI ha presionado para ceder recursos naturales a la IP”.
E: ¿Barlett? Déjame ver. Secretario de Gobernación con Miguel de la Madrid; Secretario de Educación con Salinas; Gobernador de Puebla (antecesor de Melquíades Morales y de Mario Marín). OK, lo escucho… sólo que no sé qué puede aportar el señor que inventó las caídas del sistema (y que perfeccionó el PRD en 2008). Y su impresionante currículum conservador ¿servirá de algo?

Mi conclusión minimailsta sobre este asunto de Pemex:


- Le pagamos a los políticos para que se pongan de acuerdo. Los elegimos y es su deber ponerse de acuerdo, como es mí deber pagar impuestos y ser buen ciudadano.
- No creo en los monopolios. Por eso creo que Pemex debe tener competencia. Debe ya sea asociarse con algunos (para extraer petróleo), ya sea competir con otros (para vender gasolina).
- No creo tampoco en que le di, con mi voto, derecho a un gobierno, al que sea, que explote a perpetuidad y en exclusividad un bien que es de todos.
- Para mí, el que un bien sea de todos, significa que coloquen acciones de Pemex en la bolsa, para que realmente seamos dueños de nuestro petróleo. Si en vez de que Chuchita hubiera “dado su máquina de coser (y de cocer) a Lázaro Cárdenas hubiera comprado una acción de Pemex, tal vez hoy sería rica.
- Creo en la reforma del artículo 27, para que el petróleo y cualquier cosa de este país sea del estado, pero que pueda concesionarla al mejor postor y por ende al mejor pagador de impuestos.
- También pienso y estoy convencido que el gobierno es el peor administrador. El gobierno puede y debe ser un buen regulador, pero no sabe administrar. Ejemplos sobran: La Unión Soviética, Luz y Fuerza del Centro (¿sabes que el gobierno la subsidia con 40 mil millones de pesos al año?)
- El gobierno, con su poder, puede y debe proveer educación, salud y justicia. Y la manera de hacerlo es teniendo dinero. Y tiene dinero recabando impuestos. No yendo a explotar los mercados de manera monopólica. ¡No! Eso es como meterle la mano a un pastel y quererlo para ti solito. La manera como el gobierno obtiene impuestos es cobrando a un gran mercado de pasteles una tajada chiquita. Entre más pasteles, más tajadas.
- Pemex importa el 40% de la gasolina que vende; Y que mucho de lo que importa de gasolina es producido en una planta de Texas, la cual tiene como socios a Pemex… y a Shell.
- Creo que no se podrá reformar el artículo 27, y no se podrá poner a Pemex a competir. Tal vez se logre asociar a Pemex con otras empresas, y tal vez se logre abrir la refinación, aunque no la venta directa de gasolina. Eso es negociar y eso es ponerse de acuerdo. Lo deseable y lo posible convergen en una reforma, que no será la mejor, pero será la posible en éste momento.
- Hay gente que quiere que creamos que cualquier reforma es nociva. Que lo único que hay que hacer es “dejarle más dinero a Pemex”. Ajá. Y descobijar al presupuesto. Por más que dejáramos de pagar sueldos a la burocracia, o subsidiar Luz y Fuerza, la cobija no alcanza para todo. Es una realidad que ni en los surrealismos más Dalicianos se puede obviar.

Por último. Tomemos las experiencias de los otros países:

Repsol es una compañía española que hace 20 años era una ineficiente empresa de gobierno. Comenzó su proceso de privatización en 1989 y ahora es una empresa privada (la número 10 del mundo, y sin ser España una potencia energética) y la villana favorita de los narcisistas-leninistas. La economía funciona igual aquí o en Irlanda o en Chile o en España. Permítele al mercado actuar y logrará que la economía crezca, que el pastel se haga más grande, que haya más pasteles para repartir. No son los empleos. Es la inversión, los empleos, los impuestos y la innovación que se logra.

Si un triunfador, como Repsol es el villano de los narcisistas-leninistas, creo que el mercado no puede estar tan equivocado.